«¿Hay que estudiar para ser presidente?»

«Soy del Oviedo y del Real Madrid. Y, como los buenos árbitros, en la Junta General creo que el presidente tiene que pasar desapercibido. Lo importante es la actividad del parlamento y los diputados. Si el protagonista es el árbitro, mala cosa», señaló Marcos Líndez, ante un joven público abiertamente sportinguista. A pesar de no querer protagonismo, ayer lo tuvo. Y es que, aunque la mayoría del alumnado sí conocía al presidente del Principado, Adrián Barbón, no están tan acostumbrados a las visitas de los diputados. «En el Parlamento asturiano somos 45 diputados y ocho grupos parlamentarios. Ostentamos el poder legislativo y nuestras principales funciones son hacer leyes, controlar y orientar al Gobierno», explicó. Desentrañando «el camino de las leyes», el presidente destacó también la importancia de la participación ciudadana -el periodo de información pública- y animó a los jóvenes a conocer y acercarse a las diferentes instituciones.

«¿Hay qué estudiar para ser presidente?» espetó uno de los alumnos en la ronda de preguntas, bajo la resignada mirada de las profesoras. «¡Hay que estudiar para todo! La cultura general es fundamental para ser presidente o para desempeñar cualquier oficio. Es importante que leáis mucho. Eso enriquece y os va a servir siempre para el futuro», respondió.

Ante la analogía, acertada o no, que surge entre el patio del colegio y las cámaras, cuando los parlamentarios protagonizan broncas políticas, el presidente de la Junta se puso serio. Y defendió el mantenimiento de «las buenas formas para dar ejemplo a la sociedad». «El lenguaje es muy rico, no hace falta utilizar el insulto o el enfrentamiento para defender lo que piensas. Siempre hay que mantener el decoro. Yo, que hablo con los presidentes de otros parlamentos, veo que, aunque a veces hay un clima enrarecido en la política, en general en Asturias se han mantenido los mínimos de decoro durante esta legislatura», aseveró.

Un término, decoro, que los estudiantes quizá no comprendan del todo pero que aprenden a practicar en la escuela, siendo muchas veces el verdadero ejemplo para la sociedad y los políticos. Unos servidores públicos, por definición, de los que Marcos Líndez destacó el cariz voluntario. «Si algún político se queja, yo siempre pienso que nadie le obliga a estar ahí. Esto es voluntario», subrayó, haciendo referencia también a sus años como alcalde de Tineo y como empleado público de la Consejería de Hacienda.

Mostrando su perfil mas cercano y citando el tiempo en familia como una de sus pasiones, el presidente invitó al alumnado cudillerense a visitar el Palacio de la Junta. «Tiene una gran pinacoteca y una colección de relojes. Seréis bienvenidos», indicó.