El hórreo del campo de La Garita, en Cadavedo, ya está a salvo

Han sido tres jornadas de trabajo de máximo riesgo y de una labor tediosa, pero el hórreo del campo de La Garita y escenario de la popular romería de La Regalina, ya está a salvo. Hace apenas unos minutos se retiraron las últimas piezas de la estructura que permanecía al borde del acantilado. Atrás quedaban los temores del pasado viernes cuando se comenzaron a retirar las tejas para liberar el peso de la cubierta o las labores que este sábado tenían como objetivo desarmar la estructura de madera de las paredes del hórreo. El reto era seguir ganando tiempo al temporal y mantener el pulso con la inestabilidad del terreno para culminar el operativo y rescatar las piezas de la base del hórreo. Y así fue. «Salió todo bien. Estamos muy contentos», apuntó el presidente de la Sociedad Popular La Regalina, Marcos Fernández.

Las piezas del hórreo serán depositadas en dependencias municipales donde aguardarán al siguiente paso. «Ahora queda su restauración, pues se dañaron algunas piezas. Tenemos que coordinarnos con el Ayuntamiento y con la Asociación del Hórreo para ver cómo lo hacemos para montarlo», indicó Fernández, consciente de que estas labores precisarán de expertos en la conservación y restauración de estos elementos etnográficos. Ello supondrá también un coste para el colectivo, que ya ha mantenido conversaciones con la Asociación del Hórreo para buscar vías de financiación. «Tenemos que pedir presupuesto y hacer cuentas. Solicitaremos alguna ayuda para montarlo a la dirección general de Patrimonio pues sabemos que existen algunas ayudas para ello. Lo primero era salvarlo, pero ahora toca reconstruir», reconoció Fernández.

El Ayuntamiento contrató una empresa especializada en trabajos de riesgo en altura para llevar a cabo el desmontaje de forma manual, tras descartar el uso de maquinaria pesada como grúas debido a las condiciones del terreno o bien medios aéreos. La opción final supuso una inversión de más de 30.000 euros.

Ahora queda pendiente de definir la nueva ubicación del hórreo una vez restaurado. «La idea es que sea en el mismo recinto, pero será más hacia dentro para evitar el riesgo del acantilado. Habrá que estudiarlo», señaló Fernández. Su objetivo pasa por llegar a finales de agosto con el hórreo en pie para, si la situación sanitaria lo permitiese, volver a celebrar la romería con todas sus señas de identidad.