Gloria Pomarada
Suarías
Lunes, 14 de agosto 2023, 01:49
De cuantos vecinos ha visto nacer el pueblo de Suarías, en Peñamellera Baja, Florencio Mateo Gómez Cuétara se encuentra entre los más ilustres. Es por ello que tras hallar sus descendientes los orígenes del fundador de la célebre empresa galletera Cuétara, su localidad natal le rindió ayer un homenaje póstumo colocando una placa en su recuerdo en las antiguas escuelas. En ese inmueble no solo llegó al mundo un 21 de septiembre de 1902, sino que fue el motivo por el cual sus padres, Miguel Gómez y Petra Cuétara, se asentaron en Suarías. Maestro él de profesión, el matrimonio lebaniego vivió en los primeros años del siglo XX en la segunda planta de las escuelas, construidas y donadas al pueblo en 1890 por el indiano Fernando de la Vega Corces.
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Pese a que Florencio Gómez Cuétara partió del pueblo peñamellerano siendo aún un niño, su vínculo se mantuvo. «Siempre se sintió orgulloso de ser asturiano y de Suarías», destacó durante el acto el menor de los once hijos del empresario, Miguel Ángel Gómez-Cuétara. Sobre el hallazgo de la relación con Suarías, explicó que «fue un poco casualidad», pues «vinieron unas sobrinas buscando los orígenes y se enteraron de que había nacido aquí». Más de 120 miembros de la familia, llegados incluso de México, estuvieron presentes en el homenaje a quien fue un «empresario, padre y esposo ejemplar». «Estamos muy contentos, nos hemos reunido muchos y eso, si cabe, ahonda más la emoción», afirmó Miguel Ángel Gómez-Cuétara. «Hoy Suarías vibra en amor», añadió Sonia Pascual Gómez-Cuétara, nieta del empresario.
A ella correspondió relatar la evolución de la saga. Del matrimonio formado por el maestro Miguel Gómez y Petra Cuétara, explicó, descienden 633 personas. Florencio fue uno de los seis hijos de la pareja que emigró a México en busca de la «aventura americana». En 1932, Florencio y su hermano Juan fundaron su primera fábrica de pastas para sopas, La Espiga. En 1935, aún en México D. F, la empresa pasó a denominarse Galletas Gómez Cuétara. En 1946 Florencio y Juan regresaron a España, donde crearon Gómez Cuétara Hermanos y cinco años después abrieron en Reinosa la primera gran fábrica de Cuétara en España. «Partieron de Liébana y con mucho esfuerzo triunfaron», ensalzó Sonia Pascual Gómez-Cuétara.
También el alcalde de Peñamellera Baja y senador, José Manuel Fernández, destacó el legado de quienes «desde estos valles y desde la humildad emprendieron su vida en América» y «triunfaron a base de esfuerzo y talento».
Bolsas de galletas
Papel principal en el homenaje jugó la asociación local El Cantu La Jorma, con quienes contactó la familia «hace unos tres años». «Vinieron a vernos y surgió la idea. El covid lo paró, pero por fin lo logramos», expresó el presidente de la entidad cultural, Juan Martín Caso. Explicó además que Florencio Gómez Cuétara «solía venir al pueblo y traía sacos de caramelos y galletas para los chiquillos». De esas visitas guarda recuerdos Trinidad Villar, quien rememoró cómo «todos los años venía a la fiesta de San Antonio de Padua». Relató asimismo que su abuela fue la nodriza de Florencio. Ramón Villar señaló por su parte que su abuelo fue el padrino del empresario, a quien «venía a visitar de vez en cuando». La madrina fue la «abuela materna» de la actual alcaldesa de barrio de Suarías, María Isabel Noriega, quien también relató las «visitas y las bolsas de caramelos y galletas que traía».
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Además del homenaje, Suarías -que opta a ser Pueblo Ejemplar de Asturias- acogió ayer el IX Memorial José y Luis Villar Noriega de bolos.
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