«Las fronteras desaparecen cuando los alumnos conviven»

La profesora del Instituto de Enseñanza Secundaria de Infiesto Isabel Ortea acaba de presentar una guía pedagógica en colaboración con varios centros de otros países europeos. Se trata de uno de los resultados de los proyectos Erasmus+ en los que los alumnos de Infiesto han participado estos últimos dos años. La coordinadora de estas iniciativas europeas destaca los beneficios que los alumnos reciben con estas iniciativas.

-¿Cómo surgió la idea de desarrollar esta guía?

-Estamos participando como centro coordinador, junto con institutos de Lituania, Italia, Polonia y Rumanía, en un proyecto Erasmus+ de Asociaciones escolares llamado 'Let's enjoy dialoguing'. La idea del proyecto era estudiar la razón de que a los estudiantes en general les cueste tanto trabajo comunicarse en una lengua extranjera, pese a llevar años estudiándola. Luego quisimos plasmar los resultados en algo tangible. Ese algo tangible decidimos que fuera una guía de comunicación oral, que tal vez pudiera servir de ayuda a otros centros de enseñanza.

-En la guía colaboró con otros profesores de varios países de la Unión Europea. ¿Qué papel tuvo cada uno?

-Los centros que han participado son la Escuela Comprensiva Don Eustaquio Montemurro de Gravian in Puglia, Italia; el liceo ortodoxo Roman Ciorogariu de Rumanía, Gimnazjum im; Wladislawa Stanislawa Reymonta en Lodz, Polonia, y Pajurio Stanislovo Birziskio Gimnazija, en Lituania. La idea, en primer lugar, era estudiar cómo se enseña el inglés como lengua extranjera en cada país. A partir de esas ideas desarrollamos lo que para nosotros sería la 'metodología ideal', con aportes de cada centro. Tenemos un capítulo dedicado a las asignaturas 'CLIL'. Es decir, a las asignaturas que se enseñan en los programas bilingües en inglés, como ciencias naturales o matemáticas. El último capitulo es el más bonito y creativo, pues son distintas actividades de comunicación que hemos diseñado para que se puedan usar en el aula.

-La portada fue elaborada por una alumna del centro.

-La diseñó Olaya Guerrero Fernández, alumna de 4º de la ESO. Nació con la idea de ser el logo que representase al proyecto, pero en la votación final no salió elegido. De hecho, el que ganó el concurso fue el que aparece en la contraportada, diseñado por una alumna italiana, Victoria Calogero. Decidimos utilizarlo para ilustrar la guía porque es un dibujo que representa muy bien la idea de comunicación. Me gustaría también dar las gracias a Javier García García, profesor de matemáticas del instituto, quien realizó una tarea increíble, maquetando la guía.

-¿Cómo se desenvolvieron los piloñeses en su interacción con otros chavales de estos países?

-La verdad es que el proyecto ha sido un éxito. Durante estos dos años hemos realizado actividades orales de todo tipo: debates, teatro, presentaciones... y todas han resultado muy bien. El espectáculo final, que tuvo lugar en la Casa de la Cultura en Infiesto el pasado día uno de junio, fue muy bonito y espectacular, con alumnos de los cinco países del proyecto interactuando. Esta iniciativa ha abierto las puertas de Europa a los estudiantes piloñeses, donde ahora tienen amigos. Les está ofreciendo la posibilidad de mantener esos vínculos de cara a actividades futuras.

-¿Se están difuminando las fronteras?

-Las fronteras desaparecen cuando los alumnos conviven, pues se dan cuenta de que todos tiene los mismos intereses e inquietudes y eso se pone especialmente de manifiesto en las despedidas, que son de lo más triste, con un montón de chavales abrazándose y llorando.

Experiencia única

-Usted ha gestionado dos proyectos Erasmus en estos últimos cursos. ¿Qué balance general podría realizar?

-Los proyectos europeos son una oportunidad muy buena para acercarte un poco a Europa. Te ofrecen la posibilidad de ir a centros de enseñanza de otros países. Es algo que, aunque fueras mil veces como turista, nunca estaría a tu alcance. Hablamos de ir a clase, de convivir en el colegio y ser parte de él durante unos días. También de convivir con las familias, con chicas y chicos de tu edad de diferentes partes de Europa... En definitiva, todo es muy positivo. La única parte negativa de los proyectos europeos es la cantidad ingente de documentación y registros que hay que llevar y a los que hay que dedicar muchísimo tiempo.

-¿Tienen previsto seguir apostando por estos proyectos en el centro?

-Los proyectos europeos se solicitan en febrero o marzo del año en el que acaba. Con dos proyectos en marcha a la vez en el instituto, pedir otro proyecto nuevo era imposible, pues estábamos en plena preparación de las actividades. Para el curso que viene ya sería más factible. Lo que sí queremos mantener es el contacto con nuestros socios europeos y realizar, de cara al curso que viene, alguna actividad en la plataforma europea eTwinning y alguna otra tipo intercambio escolar.