Pasos que ayudan a los niños que luchan por superar su enfermedad

Que no le falte a ningún niño una sonrisa. Y menos en Navidad. Bajo este lema un grupo de amigos decidió poner en marcha hace unos años la Ruta Rey Mago, una iniciativa solidaria que busca provocar una sonrisa en los rostros de los más pequeños, sobre todo de aquellos que no lo están pasando bien porque están enfermos; también en sus hermanos y primos... «Muchas cartas solo piden que se cure por fin un hermano, que vuelva del hospital un primo o conseguir por fin el donante, el tratamiento, el milagro...», explican que escriben algunos niños en sus cartas a los Reyes Magos. Más de 420 personas se inscribieron, donaron, en esta edición; y al final unos 200 se animaron a caminar. Una cifra que la organización destacó dado que llevaban dos años sin celebrar la caminata. «Para el año que viene tenemos que ser mil», apuntaron tras recordar que en la anterior presencial ya habían conseguido reunir a más de setecientas personas.

Ayer por la mañana los más decididos hicieron a pie los doce kilómetros que separan Cangas de Onís y Covadonga, para aportar su granito de arena. Con un juguete en la mano que se dona al final del recorrido y que después, por la magia de estas fechas, acabará junto a uno de esos niños que luchan por salir adelante. Ruta Rey Mago dona sus juguetes y recaudación, hay fila cero, a la asociación Galbán (de niños con cáncer) y a Nupa (transplante multivisceral). Y también colaboran con Ningún niño sin cenar. A esta entidad van los juguetes, que en esta ocasión acabarán bajo el árbol de varios niños ucranianos que se refugian en Gijón de la guerra.

«Hemos visto que la gente tenía ganas, así que el año que viene iremos a más», destacó la organización integrada por un grupo de amigos de Oviedo, La Fresneda, Gijón y Salinas. Felipe Díaz de Miranda, Alejandro García, César Bouza, Guillermo González Zabaleta y Javier Menéndez ya piensan en 2023.

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