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Perfecta María González con su casa tumbada por el argayu. CUETO

«Me he quedado sin nada por el argayu, con una chaqueta y un pantalón»

Perfecta María González, de 72 años, trata de reponerse al desprendimiento de «toneladas» de tierra que sepultó su casa de Cirieño

G. P.

CIRIEÑO (AMIEVA).

Viernes, 15 de noviembre 2019, 01:04

Pasadas 24 horas del argayu que sepultó su vivienda en Cirieño, en Amieva, Perfecta María González sigue tratando de digerir la pérdida del inmueble en el que guardaba todo lo que tenía. «Quedé sin nada, solo con una chaqueta y un pantalón», lamentaba ayer la mujer de 72 años. 'Feti', como se la conoce en el pueblo, se ha instalado en la casa de Parcia de su hermana, con la que ya pasaba las noches desde hace dos meses, una decisión que le salvó la vida. El desprendimiento de tierra, roca e incluso árboles se registró durante la noche del martes al miércoles, cuando se encontraba fuera de la vivienda. A ella regresaba cada mañana, para pasar el día hasta que volvía a caer el sol, una rutina que había adquirido desde la muerte de su perro 'Deko'.

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Todavía con una sensación de «mareo» por todo lo acontecido en las últimas horas, González regresó ayer a Cirieño para cebar a su otro can. En la noche del argayu, el perro consiguió arrancar la cadena y apareció en el pueblo, visiblemente asustado según relataron los vecinos. Hasta última hora de la tarde, 'Feti' se afanó en buscarlo, sin éxito, para llevarle a una cuadra donde lo guarda tras el incidente. «Quedó de cogérmelo y meterlo un vecino», explicó la afectada. También ayer tuvo que desplazarse a Cangas de Onís para comprar algo de ropa, ya que todas sus pertenencias permanecen bajo los escombros. Hasta que no remita el temporal, desde el Ayuntamiento le han indicado que no podrán iniciarse las tareas para retirar la tierra. «Hay toneladas, no sé dónde lo van a llevar», explicó la mujer, que teme además que la ladera afectada continúe cediendo. «Sigue como ayer y como llueve está bajando más agua», detalló.

González ya había observado que el talud frente a su vivienda se había «abombado», si bien nunca llegó a sospechar la magnitud que adquiriría su desprendimiento. Además de sepultar la vivienda, el argayu obstruyó la pista que da acceso tanto a la casa como a cuadras de la zona de La Ñaglar. También por esa vía se llega a otra vivienda en El Camperón y al núcleo de Eno, donde el perjuicio ha sido menor por contar con accesos alternativos.

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