I. VILLAR
GIJÓN.
Sábado, 4 de agosto 2018, 02:05
El creciente calor que se fue asentando en la región ya desde la mañana invitaba a buscar refugio en las aguas del Cantábrico, ayer a unos 22 grados. Pero quienes quisieron ser los primeros en reservar un hueco en la playa se toparon con que la arena estaba, pero no se veía. Porque a primera hora de ayer se veía muy poco en todo el litoral de la región. Una densa niebla se agarró al mar y ocultó arenales como el de San Lorenzo, en Gijón, donde los bañistas casi tenían que buscar 'a palpu' sitio para sus toallas. Y si se contemplaba la bahía desde la zona del Tostaderu, la península de Cimavilla, con San Pedro al frente, aparecía fantasmagórica flotando entre brumas.
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Pero la falta de visibilidad no echó para atrás a la gente que se había levantado con ganas de playa, porque aunque el sol no se avistaba, calentaba. Para evitar accidentes, no obstante, hasta que se dispersó la niebla los servicios de salvamento mantuvieron izada la bandera roja que advertía del peligro de entrar en el agua sin ver y, sobre todo, con pocas posibilidades de ser visto en caso de necesitar ayuda. Además de en Gijón, la señal de prohibición ondeó en otras playas como las de Bayas y Los Quebrantos, en Soto del Barco; Concha de Artedo y San Pedro de la Ribera, en Cudillero; Santa María de Luanco, en Gozón; Aguilar, en Muros de Nalón; y Cadavedo y Otur, en Valdés. A medida que la luz se fue abriendo camino, las banderas fueron pasando al amarillo.
Un amanecer con una niebla tan densa como la de ayer no es extraño en unas condiciones como las que se dieron en la región, al confluir el cálido aire que motiva esta ola de calor con las temperaturas más frescas del mar. Se conoce técnicamente como niebla de advección y es propia de zonas costeras. El aire llega con mucha humedad y, al enfriarse por el contraste con la temperatura del agua del mar, forma un vapor que se queda 'atrapado' en torno a la línea de costa. Son muy persistentes y, si no varían las condiciones o sopla el viento, pueden prolongarse incluso durante toda la jornada, a diferencia de las nieblas de irradiación.
Estas últimas son más propias del interior y se forman principalmente por la noche como consecuencia del enfriamiento del suelo. Sin embargo se disipan rápidamente por la mañana cuando el sol vuelve a calentar el ambiente. A primera hora pudieron verse en algunos puntos de la región, aunque desaparecieron pronto, en una situación muy diferente a la que pasó la costa.
La Agencia Estatal de Meteorología prevé que el fenómeno vuelva a repetirse hoy, y advierte en su predicción de «brumas y bancos de niebla a primeras y últimas horas del día», a lo que suma «calimas por la tarde y en el interior».
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