«Nos sentimos maltratados por el Servicio de Salud; estamos hartos, no podemos más»

«Hartos, cansados y ninguneados» por la Administración. Así se sienten muchos de los profesionales que trabajan en los hospitales y centros de salud de la sanidad pública asturiana. A dos años de la pandemia de covid, el personal sanitario ha estallado: «nos sentimos maltratados por el Servicio de Salud, no podemos más. Los aplausos de la primera ola han quedado en humo», clamaba ayer la presidenta de la Junta de Personal del Área V, Virginia Álvarez Iglesias. Esta enfermera del Hospital de Cabueñes dirige sus críticas hacia la política sanitaria aplicada en Asturias en los últimos años. «Ha sido pésima, nefasta y ha hecho que muchos buenos profesionales marcharan a trabajar a otros países, por eso ahora no hay enfermeras en las bolsa de demandantes de empleo y nos vemos sin personal suficiente para hacer frente a la pandemia». Álvarez dice hablar «no solo de lo que ocurre en la red hospitalaria, sino también en Atención Primaria, que vive ahora una saturación y un colapso tremendo. Los compañeros están literalmente desesperados».

Históricamente, «las plantillas en Cabueñes se han visto mermadas. Siempre hemos sido pocos», y eso ahora se está pagando muy caro. Esta profesional reconoce que la administración ha hecho contrataciones, pero «la plantilla volante sigue siendo escasa y son los propios trabajadores los que con su solidaridad resuelven esa precariedad, doblando turnos de forma habitual». En la práctica, eso significa que quien inició su jornada laboral a las ocho de la mañana dobla y sale a las diez de la noche.

Virginia Álvarez considera que «la única solución para recuperar el personal perdido en estos años, y a los que no se les cuidó en absoluto, es ofrecer unas condiciones laborales dignas, algo que no está ocurriendo ni creo que vaya a ocurrir en Asturias». Recuerda, además, que las plantillas sanitarias están envejecidas y son muchos los profesionales que han anticipado su marcha por las condiciones de la pandemia. «Estamos decepcionados porque la administración nos ha dejado literalmente tirados. Hay mucho cansancio y mucha tensión».

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