«El Museo de la Sidra nos sirve para reivindicar sin complejos nuestra cultura»

«El Museo de la Sidra es parte de nuestras tradiciones, de nuestra forma de ser y de nuestra idiosincrasia, la gente lo conoce, lo reconoce y lo valora». Con estas palabras el presidente del Principado, Adrián Barbón destacó la importancia del equipamiento naveto, que cumple veinticinco años. Esta semana, está de celebración con un programa muy variado, en el que ayer no faltó el Sidrafórum.

Pero antes, Barbón asistió a una visita guiada al museo. Lo hizo acompañado por el regidor naveto que, en su día, inauguró el museo, Julián Fernández y por «el presidente del Principado que puso la primera piedra», Antonio Trevín. «Nos falta el alcalde que puso la primera piedra, Emilio Ballesteros y el presidente que inauguró la obra, Sergio Marqués», coincidieron Barbón y Juan Cañal, regidor de la villa sidrera. «Todos ellos tuvieron una visión muy importante».

El presidente relató cómo «hasta hace poco costaba» que la gente asumiera como «parte importante de nuestra cultura y tradición» la sidra. En este sentido, Barbón afeó a los políticos que «se avergüenzan de ser asturianos» e hizo suyas las palabras de Manuel Fraga, cuando decía que «ser gallego -asturiano en su caso- es su forma de ser español y ciudadano del mundo». Respaldó este sentir Trevín al afirmar que «el desprestigio de una lengua es el paso previo a su desaparición». «Este museo nos sirve para reivindicar sin miedos ni complejos nuestra identidad, cultura y patrimonio como asturianos», zanjó Barbón.

Una vez más, el alcalde Juan Cañal aprovechó la ocasión para recalcar que «no es el Museo de la Sidra de Nava», sino el «Museo de la Sidra de Asturias». «Pretendíamos escapar del localismo», subrayó el exregidor Julián Fernández Montes sobre la creación de la Fundación de la Sidra. Tanto él como la exedil Julia Alegre se mostraron visiblemente emocionados al recordar los problemas económicos y logísticos que surgieron durante la construcción del museo. «Teníamos que haber hecho primero el proyecto museístico», reconoció Fernández. Y comentó en tono socarrón: «Hicimos primero la caja de zapatos sin tener zapatos». Y es que, como explicó Trevín, «esto de los años tiene sus inconvenientes, pero también sus ventajas, como son las historias que se cruzan».

No faltó la mención a la Unesco. Como bien señaló el presidente durante su visita a la villa, «quiso la casualidad» que el cuarto de siglo del museo coincidiera con el acuerdo del Comité de Patrimonio Histórico el pasado 11 de noviembre para presentar la candidatura de la cultura sidrera como Bien Inmaterial de la Humanidad. Un objetivo por el que el Principado, aseguró, «lleva luchando mucho tiempo» pero que todavía deberá superar algunos obstáculos.

Cañal pidió que «el Museo sea el eje sobre el que pivote la candidatura» e invitó a cosecheros, lagareros y hosteleros a «mantenerse unidos y mirar de una manera global» para afrontar la evaluación sin centrarse en el aspecto comercial de la sidra.

Sobre el futuro del museo y su renovación, precisó que «estamos trabajando para que la financiación del Plan Director que estamos desarrollando sea una realidad en los próximos presupuestos de la comunidad», avanzó Cañal.

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