«¿A quién puede molestar que se haga un acto como éste, que reivindica la democracia?»

Según Barbón, «en estos momentos en los que los totalitarismos van ganando terreno, el conocimiento de la historia es nuestro aliado para que no se repitan los errores y la memoria es la mejor vacuna contra la injusticia y los intolerantes». Por eso, porque está convencido de que «es un deber moral dignificar y restaurar los derechos de las víctimas y sus familias», el presidente del Principado considera que «aquí deberían estar todos los grupos políticos democráticos de Asturias».

Y para abundar en esa consideración, invitó a «todos los partidos democráticos, sean de izquierdas, de centro o de derechas» a participar en un acto institucional como el del Día de la Memoria: «No pueden quedar de lado cuando lo que se reivindica es la democracia. No se trata de ajustar cuentas, sino de saldar deudas con empatía». Para «restañar las heridas que llevan mucho tiempo abiertas» y con el ánimo de «evitar que se conviertan en cicatrices imborrables», el Principado avanzará esta legislatura en las exhumaciones, en en el censo de víctimas, en un banco de ADN y un catálogo 'de lugares de la memoria'. Se creará, además, un Instituto y un Consejo de Memoria Democrática.

«Nuestra tarea de reparación no es para cubrir el expediente. Nuestra conciencia política y ciudadana nos lo exige», aseguró Adrián Barbón ante quienes ayer quisieron sumarse a un acto que se enmarca en el reglamento arpobado en febrero de 2022 para la recuperación de la memoria democrática en Asturias. Como gesto, para darle «la importancia que merece», Barbón lució la insignia que distingue a los presidentes del Principado. «La reparación es el último escalón, lo que le da valor al alivio moral que merecen las víctimas y sus herederos por tanto sufrimiento acumulado», insistió.