Tresali recuerda el origen de la iglesia de San José

La iglesia de Tresali se quedó ayer pequeña para acoger a las más de 150 personas que participaron en los actos conmemorativos del centenario del templo, construido sobre el mismo solar que la capilla dedicada a San José.

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, fue el encargado de presidir la misa, que estuvo cooficiada por varios sacerdotes vinculados a la parroquia y por José Luis González Novalín, natural de la localidad, y que entre otros cargos ocupó el de rector del Centro Español de Estudios Eclesiásticos y de la Iglesia Española de Santiago y Montserrat en Roma desde 1998 hasta 2010.

«Cien años no son cualquier cosa», apuntó el arzobispo, que agradeció la asistencia a la liturgia, que coincidió con la final del Mundial de Rusia. «Es una fiesta para agradecer el pasado, esperar el futuro y apasionarnos con el presente», añadió.

La misa estuvo acompañada por el colectivo Misa de 12 en Nava, que encabeza Miguel Ángel de Diego, que interpretó varias canciones. También sonó el himno nacional, momento que Sanz aprovechó para aclarar que «no es una reivindicación nacionalista, en España existe la tradición de que tras la consagración suene la marcha real como forma de reconocer que sobre el altar hay un rey».

Tras la liturgia, el arzobispo pasó el testigo a José Luis González Novalín, que leyó un fragmento de la historia que ha escrito sobre el templo. Así, el sacerdote recordó el acta firmada por Felipe Fernández Fuentes, párroco de Tresali en 1918, en el que justifica la necesidad de construir la iglesia porque la antigua capilla se quedaba pequeña y no reunía buenas condiciones para acoger a los feligreses. El escrito también hace referencia al derrumbe del pórtico en 1916 a causa del tiempo. «Este accidente provocó una reacción inmediata en el pueblo y se constituyó una junta parroquial, aunque fialmente fue el párroco el que asumió toda la responsabilidad de la construcción», relató. González Novalín recordó también que los vecinos reunieron 1.240 pesetas de la rifa de una novilla con las que se adquirieron los primeros materiales. «Fue una obra sin arquitecto, sin maestro y sin capataz», destacó. La iglesia fue incendiada en 1936 y nuevamente reconstruida. «La vi arder, es algo que no olvidaré nunca, toda ella era un ascua», rememoró. Tras el acto, al que acudieron el alcalde de Nava, Juan Cañal, y varios concejales, los vecinos celebraron una espicha que estuvo animada por el concierto del grupo Son del Carmen.