Vox propone en Asturias un protocolo ante el aborto similar al de Castilla y León

En Asturias, la proposición no de ley de Vox ya ha levantado ampollas, a falta todavía de que se debata en la Junta General del Principado. Gimena Llamedo, vicesecretaria general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), no se anduvo con medias tintas: «Esta iniciativa es una involución intolerable. La diferencia con Castilla y León es que está condenada al fracaso, porque aquí ni se coacciona a las mujeres ni se las tortura psicológicamente».

El grupo parlamentario de Vox considera «necesario» que las mujeres embarazadas «tengan la posibilidad de obtener, si así lo desean, más datos a través de los servicios sanitarios». En concreto, propone que los protocolos hospitalarios incluyan medidas que garanticen asistencia psicológica; que pueda monitorizarse el latido fetal a partir de la sexta semana de embarazo mediante la técnica Doppler, y la posibilidad de realizar ecografías 4D, que permiten la reconstrucción tridimensional del feto, «favoreciendo la implicación emocional de la madre y la familia».

Según Llamedo, «estamos ante un partido peligroso y extremista. Es interesante conocer la posición del PP de Asturias». Pues bien, la portavoz popular en la Junta, Beatriz Polledo, consideraba ayer que «en la sanidad asturiana hay muchas otras cuestiones de las que preocuparse; no contribuyamos a desviar la atención sobre los problemas que urge resolver, porque así solo pierden los asturianos y gana Pedro Sánchez».

Adrián Pumares, secretario general y portavoz de Foro, no entró al debate, aunque ya adelantó que «nos posicionaremos en contra». También Susana Fernández, de Ciudadanos, declaró que «nuestro rechazo es tajante». Y añadió: «Una administración pública no puede limitar las libertades individuales y esto ocurre cuando los partidos extremistas, de derecha o de izquierda, confunden libertad con liberticidio». Desde IU, Ángela Vallina fue aún más contundente: «Es una propuesta mezquina, que trata de dificultar el ejercicio de un derecho. Bajo la coartada de mejorar la atención a la mujer, lo que pretende es convertirla en rehén de postulados trasnochados».

En cuanto a Podemos, Isabel Fernández, secretaria de Feminismos y Derechos LGTBI, pedía ayer que «dejen a las mujeres que decidan en función de sus circunstancias y deseos. Si una mujer necesita ayuda psicológica, sobre este u otro asunto, sabe perfectamente dónde acudir».