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Cajas de bonito apiladas antes de su subasta en la lonja pesquera de Avilés .

La costera del bonito se cierra con un descenso de las capturas

A la espera de que lleguen a puerto los pocos barcos que aún se encuentran en el mar, el balance se sitúa en 912.154 kilos, un 24% menos

José Fernando Galán

Sábado, 7 de noviembre 2015, 00:21

A la espera de que los barcos que aún se encuentran en el mar lleguen a puerto, el balance provisional de la costera del bonito en la lonja de Avilés asciende a 912.154 kilos, un 24% menos que el año pasado, pero en la línea de los anteriores. De hecho, la de 2014 fue la segunda mejor de la década, 1.200.235 kilos, con una facturación de 4.589.174 euros, la más alta de la historia o al menos de la reciente.

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La de este año se queda en 4.094.691 euros, cantidad a la que todavía hay que sumar el valor de las descargas realizadas a lo largo de la presente semana y de las venideras, cuando regresarán a puerto los últimos barcos de la costera. Si bien terminó el 31 de octubre, los que a esa fecha se encontraban en la mar todavía pueden descargar bonito. Al menos queda uno, el 'Matxaku', de Bermeo, que anuncia su llegada para el lunes.

La última partida significativa, 18.000 kilos, la descargó el lunes día 2 el 'María Digna Dos', con base en Bermeo, uno de los tres barcos que, junto con el también vasco 'Gaztelugatxeko' y el asturiano 'Esmeralda Tercero', abrieron el 6 de mayo la costera del bonito más temprana de la historia.

No fue el único récord que se estableció ese martes. El primer cajón se vendió a un 120 euros el kilo, precio hasta entonces nunca alcanzado en la lonja avilesina, si bien la media se situó en 49,97 euros.

La verdadera costera se inició el 2 de junio cuando el 'Nuevo Chisu', un barco artesanal con base en Laredo (Cantabria), desembarcó 3.073 kilos. Aquel día el mayor lote se lo llevó la misma cadena asturiana de supermercados que un mes atrás había adquirido el 'campanu', Alimerka, pero a un precio medio notablemente inferior, 12,40 euros el kilo.

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Entonces todo hacía presagiar que iba a ser una costera diferente a las anteriores. A los habituales polivalentes de bajura se unieron un número considerable de 'comunitarios' que, a raíz de las cuotas de merluza en aguas del cantil de Francia y del Gran Sol, se armaron en algunos casos por primera vez para el bonito. Había por tanto más barcos, aunque muchos optaron posteriormente por abandonar la costera al no ver cumplidas las expectativas.

Las capturas de junio ya fueron inferiores a las del año pasado, 200.818 kilos, 51.000 menos que en 2014, una cuesta abajo que en julio no hizo más que pronunciarse. A lo largo del mes se subastaron 312.522 kilos frente a los 474.016 del mismo período del año anterior, pese a que el número de barcos que se sumaron a la costera fue muy superior, 36 en 2014 y 55 en 2015.

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Mal tiempo

Lejos de marcar un cambio de tendencia agosto, el mes del bonito por excelencia, terminó de confirmar que la costera de este año se iba a quedar lejos de la anterior. El número de kilos subastados en Avilés se redujo a 133.195 casi cien mil menos que en agosto de 2014. La explicación, o al menos parte de ella, hay que buscarla en el tiempo, en el mal tiempo. Entre los días 17 y 23 no se realizó descarga alguna de bonito, 'parón' que finalmente lastró al resto de la costera de las costeras.

La cara la representaba entonces el bocarte, una de las presas favoritas del bonito. La temporada concluyó el 2 de septiembre al agotarse el cupo de capturas y el balance se elevó a nada menos que 813.531 kilos, cantidad que solo los más veteranos recuerdan y que confirma la recuperación de esta especie, iniciada el año pasado. Entonces se subastaron 370.105 kilos, menos de la mitad que este año pero muy por encima de los anteriores, cuando la venta de bocarte en Avilés era poco menos que testimonial. Como ejemplo, basta indicar que en 2010 fueron 10.975 kilos.

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Septiembre y octubre no trajeron la recuperación de capturas de bonito. Entre ambos meses se subastaron en Avilés 244.577 kilos, cantidad ligeramente superior a la del mismo período del año pasado pero a todas luces insuficiente para acercarse al volumen alcanzado en 2014.

El descenso de capturas de bonito también afecta a otros puertos del Cantábrico, como Burela y Celeiro. A mediados del pasado mes sumaban en torno 1.400.000 kilos subastados, muy lejos de los más de 2,5 millones que comercializaron a lo largo de la costera de 2014.

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Algunos expertos atribuyen la situación a un progresivo cambio en las rutas migratorias de esta especie propiciada por el aumento de temperatura del agua. En lugar de la tradicional, que desde las islas Azores llega a Finisterre y se adentra en el Cantábrico cerca la costa el bonito, en busca de su alimento, se dirigiría desde el referido archipiélago portugués hacia el hacia suroeste de Irlanda sin acercarse tanto a la costa cantábrica.

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