Retirados 34 nidos y 49 pollos de gaviota en dos semanas

El Ayuntamiento pagará más de 35 mil euros para atajar esta plaga con un plan que dura once meses

J. F. GALÁN / O. GONZÁLEZ

Lunes, 27 de junio 2016, 04:49

Las gaviotas son un problema en la ciudad y ahora están en época de reproducción y cría. La plaga de la especie patiamarilla, los ejemplares que poseen grandes alas grises, genera numerosas quejas entre los vecinos que denuncian el ruido y la suciedad que generan. La empresa gallega Larus Control es la nueva encargada de atajar el problema al ser la única que presentó oferta al Ayuntamiento en el plazo de exposición de propuestas. En las dos primeras semanas de acción los trabajadores ya han realizado 45 visitas en las que han retirado 34 nidos, 49 pollos y tres huevos. La campaña del año pasado se cerró con 246 visitas en cuatro meses.

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«Nos centramos en la gaviota patiamarilla que es la única que causa problemas», explicó Juan Fraga, gerente de Larus Control. El proceso de retirada empieza con la llamada de los vecinos alertando de la presencia de nidos, un aviso que pueden dar en el departamento de medio ambiente del Ayuntamiento. «Pedimos que nos llamen lo antes posible para evitar que la población siga creciendo», expuso Fraga. Los ejemplares recogidos se trasladan al centro que la empresa tiene en La Coruña y posteriormente los responsables los sueltan en zonas costeras siguiendo indicaciones de la Xunta. El plan no conlleva el sacrificio de los animales.

Juan Fraga concretó que una de las principales fuentes de alimentación de las gaviotas patiamarillas es el vertedero de Cogersa, que actualmente cuenta con un servicio de control con aves de presa que ataja el problema. Esa solución no puede extenderse a la ciudad. «Esta especie tiene pocos enemigos naturales y todos están a ras de tierra, en las zonas de costa están los zorros, pero no tienen depredadores en las ciudades», subrayó Fraga.

Las gaviotas no tienen sitios preferentes para anidar, aunque se suelen encontrar en las cubiertas de teja de una altura no muy elevada. «Las que aparecen en las ciudades se suelen quedar porque tienen comida y vivienda, están perfectas, para ellas es como estar en un hotel de cinco estrellas», puntualizó Juan Fraga. Aunque se trata de una especie tradicionalmente costera, con el paso de los años se ha ido adaptando a las costumbres urbanas, tanto que una de las principales plagas actualmente se da en Madrid.

Aunque no se trata del objetivo principal de la actuación, de forma secundaria Larus Control también se ocupará de la población de palomas. «Hemos empezado a buscar las ubicaciones en las que anidan, que suelen ser casas viejas o abandonadas», relató el gerente de Larus Control. El plan incluye la captura de los ejemplares en jaulas en vivo. Los parques infantiles y las plazas públicas son algunos de los lugares predilectos para estas aves. Las palomas pueden poner hasta dos huevos en cada nidada y pueden llegar a alcanzar las cinco al año.

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El Ayuntamiento adjudicó el plan de control a esta empresa gallega, la única que se presentó a concurso, por 29.089 euros, a los que habrá que sumar otros 6.408 euros de desembolso en concepto de IVA. Antes se había hecho cargo del proyecto la empresa Locus Avis por una cantidad de casi 40 mil euros. El año pasado los responsables de la compañía realizaron 246 inspecciones en los tejados de la ciudad. El saldo total fueron cien nidos, 101 parejas y 95 pollos localizados. Los trabajadores retiraron todos los nidos, aunque no fueron capaces de capturar a todos los pollos que habitaban en ellos, ya que muchos salieron volando. Locus Avis realizó el trabajo de control de la plaga de gaviotas en la ciudad durante una década.

En Avilés, históricamente la población se ha concentrado en las calles del centro de la ciudad, siendo una estampa de lo más habitual verlas merodeando los desperdicios generados el lunes tras la retirada del mercado semanal en Hermanos Orbón. Las calles de La Cámara, Cabruñana y Doctor Graíño también se encuentran en su punto de mira. La tendencia de los últimos años es el descenso de la dispersión hacia el sur y el oeste de la ciudad. Los ejemplares de gaviota patiamarilla también son habituales del estanque del parque de Ferrera, donde se suelen adueñar de la zona donde residen los patos.

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La empresa Larus Control ya se ha ocupado de atajar un problema similar en varias localidades de Galicia, donde las campañas se cerraron con un balance satisfactorio de avistamientos y capturas.

La gaviota patiamarilla o larus michahellis pertenece al grupo de las especies de talla mediana que se caracteriza por el manto gris y las patas amarillas. Puede alcanzar el metro de envergadura y hasta un kilo de peso, y vivir más de una quincena de años. Su presencia en las ciudades se intensifica en su época de reproducción, ya que se trata de una especie a priori adaptada al clima mediterráneo costero. Su elevada capacidad de adaptación fomenta su rápida reproducción, tanto que en muchos casos puede llegar a ser considerada plaga. No es raro que se alimente de otras aves de su propia especie.

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