García Martín vuelve al origen

Tradicionalmente se tiende a asociar la figura del intelectual con una persona que desde la cuna tuvo las facilidades para construir esa base de conocimientos por los que destaca. Sin embargo, José Luis García Martín, cacereño de nacimiento pero avilesino de corazón, huye de este prototipo. «En mi casa apenas había libros, yo mismo tuve que ir construyendo mi colección desde cero con muchas visitas a la Biblioteca Bances Candamo», reconoce el escritor y crítico literario.

Avilés fue precisamente la ciudad que vio nacer la extensa carrera de García Martín, quien en 1975 hizo un «empeño titánico» para sacar adelante su primer proyecto, 'Jugar con fuego', una revista centrada en la poesía y la crítica. El poeta rescata ahora sus raíces en su nuevo proyecto, la reedición en formato facsímil de todos los números de su primer acercamiento al mundo literario, esa revista que él mismo creó, editó y financió. Acaba de crear así un ejemplar único de más de 800 páginas avalado por la editorial Renacimiento. Es la primera vez en más de cuarenta años que se recupera de esta manera una revista avilesina.

«En todas las páginas aparece Rivero 99, la dirección de la que todavía es mi casa familiar y visito cada fin de semana», comenta entusiasmado García Martín. Y es que entre esas cuatro paredes nació no sólo 'Jugar con fuego', sino también su afición por la poesía. Es por ello que pese a vivir en Oviedo desde hace más de 30 años por motivos laborales -es profesor de literatura en la Universidad- aún guarda un idílico recuerdo de la villa: «Mi impresión subjetiva es que nunca he dejado de vivir en Avilés, la siento como si fuese un barrio más de Oviedo», asegura.

Para García Martín 'Jugar con fuego' constituyó además la puerta de entrada a su generación de coetáneos. «Fue el punto de enlace con otros autores, hasta entonces la revista estaba compuesta exclusivamente por mis piezas», recuerda. Pero tal afirmación no es estricta; Bernardo Delgado y Alfonso Sanz Echeverría, algunos de los heterónimos que concibió García Martín, también escribían poemas y críticas en la publicación.

De hecho, su afición por Fernando Pessoa, célebre escritor portugués reconocido mundialmente por la riqueza de sus diversos heterónimos, no es fruto de una copia, sino del descubrimiento de que compartían la afición de crear estos personajes con estilos diferentes y preocupaciones propias. «En España la moda de Pessoa llegó después, por aquel entonces mis heterónimos ya habían creado hasta su propio club de lectura en la revista», bromea el poeta.

Pero si había algún rasgo que destacaba y aún sigue presente en el trabajo de García Martín y todos sus heterónimos es el tono independiente de sus críticas. «Ya en 'Jugar con fuego' la crítica era lo que más atraía a los lectores, más incluso que la poesía, y se caracterizaba por ser bastante férrea, como creo que sigue siendo a día de hoy», considera. Tanto es así que la editorial Renacimiento anuncia este nuevo lanzamiento como una obra de un equipo «coherente, con ideas propias y con total independencia que no practica el eclecticismo al uso ni publica colaboraciones no solicitadas».

El equipo al que se hace referencia está compuesto por algunos de los escritores con los que García Martín conectó a raíz de esta primera intrusión al mundo editorial. Después de los primeros años de soledad, diversos autores empezaron a colaborar en la confección periódica de 'Jugar con fuego', una publicación que, desde sus principios y en palabras de su máximo responsable, tenía «voluntad de permanencia, no de actualidad». Esto ha contribuido positivamente al montaje de esta nueva reedición atemporal y a que puede ser leída como una unidad no dispersa, tal y como recomienda su autor.

Este proyecto recoge así siete años del trabajo que hasta 1981 desempeñó García Martín en 'Jugar con fuego', revista que, coincidiendo con el traslado del poeta y crítico a Oviedo, desapareció para dejar paso a otros muchos proyectos. La recopilación de estas poesías y textos críticos ya está disponible en la página web de la editorial Renacimiento y en las librerías, rescatando así el canon de autores y obras de la época que definió García Martín.