«La historia que vale la pena siempre tiene un mensaje»

-¿Le puedo considerar un friki?

-Mi padre ha sido librero toda la vida y he tenido la fortuna de que me he criado entre libros, así que estaba muy vinculado a la narrativa, más que al mundo del cómic, algo que me ha venido de manera muy natural a raíz de la adolescencia. Pero la educación fue más de literatura de ciencia ficción y fantástica, y también mucha poesía.

-Entonces, ¿cómo arrancó?

-Con quince años me aficioné muchísimo y estudié filología hispánica para especializarme a nivel académico dentro de este fantástico mundo,

-¿Qué dificultad encierra un gran guión que tenga tirón?

-Esa respuesta es difícil, porque si la supiéramos estaríamos siempre apostando por obras muy exitosas. Cuando uno hace una obra con mucha honestidad y trata de que los personajes sean verosímiles para que la gente pueda empatizar con ellos y quiera vivir sus aventuras, es cuando más conecta con el lector y hay más posibilidades de que la obra trascienda.

-¿Se dedica solo al cómic o realiza otros guiones diferentes?

-También trabajo como publicista para televisión y como guionista de ficción para series y películas.

-¿En qué papel se siente más cómodo?

-Contar historias es algo muy universal, y lo que más me divierte es escribir cómics, porque es un medio en el que todo es mucho más rápido que en el cine o en publicidad, donde hay procesos larguísimos, con ejecutivos que te dicen cómo tienes que hacer las cosas. Se tiene mucha libertad y se hace equipo creativo con los dibujantes, y es estimulante porque te ayuda a crear un universo desde cero en poco tiempo.

-¿Cuál es la costumbre, se escribe un guión y se busca al dibujante o ya hay un equipo por delante, quién da el primer paso?

-Yo siempre he trabajado con Toni Caballero que se encarga del dibujo y yo de la parte narrativa, pero hemos compartido escena cultural durante nuestra adolescencia porque los dos venimos de Valencia y tenemos unos referentes muy concretos. Eso nos permite crear de forma coral.

-¿Qué pretende con el cómic, hay alguna forma de reivindicación o de denuncia?

-Las historias que valen la pena siempre tienen un mensaje, bien social o menos ambicioso como entretenimiento, pero al hacer manga, nuestro principal objetivo es entretener y adentrar a las nuevas generaciones en el manga nacional, porque realmente es un formato industrial con gran acogida y hay que decir que hay gente en España igual de válida.

-¿El público pide o el guionista sabe qué ofrecer?

-Siempre se trabaja por intuición, teniendo en cuenta la edad del perfil de lectores y escribimos y dibujamos para el único lector que conocemos que somos nosotros mismos. Por eso intentamos que sean historias que nos diviertan y muy apasionantes.

-¿El cómic siempre ha tenido formato papel, qué tal le va el ámbito digital?

-A nivel de manga, el coreano tiene una tirada tremenda en digital porque se lee en el móvil. Yo soy muy puritano y me gusta el fetichismo del papel, tanto para leer narrativa como el cómic. El papel es eterno y creo que se va a quedar siempre.

-¿Y aún quedan facetas por descubrir en el cómic?

-Siempre hay cosas por descubrir. Está todo contado, pero quedan matices y formas de contarlo. Nuestra sociedad está experimentando muchos cambios y eso generará nuevas formas de contar historias a todos los niveles.