La recta final de la causa, a golpe diario de providencia

Abogados y juristas siguen con interés profesional los derroteros de un caso que dará que hablar hasta el final

C. R.

AVILÉS.

Jueves, 20 de septiembre 2018, 02:29

«Un lío gordo». Es la frase más repetida entre los abogados consultados por este periódico para referirse a la actual situación del 'caso Niemeyer', que definen de «empecinamiento» la actitud de la Sala Tercera de la Audiencia Provincial por celebrar sí o sí el juicio y se muestran sorprendidos con el «pulso» al Colegio de Abogados de Oviedo. Todo es inusual y sin precedentes, al menos conocidos, en Asturias.

Publicidad

De lo que no tienen duda ninguno de los profesionales preguntados es que, de celebrarse, el juicio tiene todas las papeletas para ser declarado nulo por indefensión del principal acusado, Natalio Grueso. Esto obligaría a repetirlo con todo el trabajo y coste económico que ello implicaría tanto para la propia sala como para los despachos de abogados personados.

Las cosas se comenzaron a torcer el 30 de julio, cuando Pelayo Mijares renunció a la defensa del exdirector del Centro. Desde fuera, muchos lo interpretaron como una «maniobra» o «estrategia» de Grueso, pero otros proponen como explicación las posibles complicaciones económicas del principal acusado. La provisión de fondos que solicita un profesional que durante prácticamente un mes (aunque el juicio 'solo' dure once días) va a estar dedicado en exclusiva a ese caso parece importante. No accesible al bolsillo de todo el mundo.

Las renuncias ya de dos abogados se interpretan como una estrategia para dilatar el proceso

A la sorpresiva renuncia de Mijares se unió la complicada comunicación con Natalio Grueso. El hecho de que no se le pudiera localizar en el primer domicilio facilitado molestó a la sala. Quedó patente cuando el pasado viernes 14 decretó una orden de búsqueda y captura para su ingreso en prisión. Grueso, al que llevaban intentando citar para comunicarle la nueva situación procesal desde el 7 de agosto, apareció por la Audiencia Provincial de Oviedo el día 13 del mismo mes. Allí facilitó un segundo domicilio y comunicó que quería un abogado de oficio. Tampoco en esta vivienda se le pudieron hacer llegar las citaciones judiciales y el portero de la finca informó de que hacía siete años que no lo veían por ahí.

El letrado designado recibió la noticia el 17 de agosto, mes inhábil por excelencia en la justicia. Salvo en este caso. La Audiencia, previendo lo que iba a pasar, lo decretó hábil. José René Alperi nunca ha ocultado que le ha resultado imposible ponerse con semejante causa, además de haber apelado a su vida personal y familiar. Solicitó en dos ocasiones el aplazamiento y ante una negativa y un segundo auto de oficio que iba en la misma línea, presentó su renuncia ante el Colegio de Abogados.

Publicidad

En una decisión inédita, la Sección Tercera no acepta este cauce y exige decidir sobre tal renuncia. A estas alturas de la película, ninguno de los abogados, incluso los que tienen muchos años de experiencia, puede pronosticar cuál será el siguiente paso. Salvo que, como dice el refrán, lo que mal empieza, mal acaba.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad