Alejandra Ferrero | Presidenta gestora Asociación de Vecinos L'Alto

«Seremos muy reivindicativos, el Alto del Vidriero está olvidado»

–¿Cómo surge la idea de crear la asociación?

–Dos vecinos muy afectados por los problemas de barreras arquitectónicas plantearon la posibilidad. Cada vez que se denunciaba la situación en la prensa, el Ayuntamiento contactaba con la Asociación de Vecinos de La Luz. Pensamos que era mejor para nosotros contar con una asociación propia.

–Su territorio está encajado entre La Luz, Villalegre, El Pozón...

–Sí. Estamos como en tierra de nadie. Entre La Luz, Villalegre, El Pozón. Nuestra parroquia es el Sagrado Corazón de Villalegre, pero la Asociación de Vecinos de Villalegre no nos incluye en su ámbito.

–¿Cual es su territorio?

–Desde la calle del Carmen con Santa Apolonia hasta El Carmen con Zaldúa; la calle El Cañaleto, El Alto El Vidriero, Los Amanteles, El Caleyón y La Llamosa.

–¿Cuanta gente está en el proyecto?

–Ahora mismo somos veintitrés personas. Una vez que se constituya nos gustaría, como mínimo, doblar el número. Lo que no sé es el número de vecinos que viven en la zona.

–¿Cómo pueden contactar con ustedes?

–Cuando estemos constituidos, hemos pensado en organizar un buzoneo para informar de la asociación e invitarlos a participar. Ahora mismo disponemos del correo electrónico 'laltoasociacion@gmail.com'.

–El origen de la asociación fue un problema con las barreras arquitectónicas.

–Y de olvido permanente de todas las corporaciones que ha tenido el Ayuntamiento.

–Un olvido, pero la calle de El Carmen se reurbanizó recientemente, también se reformó el parque de El Pozón, que no sé si es de su ámbito.

–Las zonas más afectada son la plaza del Alto El Vidriero, Los Amanteles y el Cañaleto. Desde la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana, esa zona quedó parada a la espera del desarrollo urbanístico. La gente afectada por expropiaciones o porque ya vendió a constructoras ha ido abandonado sus casas y eso genera problemas de suciedad, inseguridad, ocupaciones...

–¿Existen más problemas?

–La reforma de la avenida de Santa Apolonia ha generado un tráfico que no es natural de la zona, son vehículos que se desvían para circular más rápido. Es un tráfico que sube por la calle del Carmen y gira mayoritariamente a la izquierda para ir hacia Villalegre y Corvera. Es otro de los motivos para protestar, porque genera un peligro para los vecinos. Las aceras siempre estuvieron mal, pero podías bajar a la acera porque había poco tráfico.

–Hablamos de un espacio básicamente residencial.

–Sí, pero también es un lugar de paso. Tenemos dos colegios, para ir al Centro de Salud, al Instituto de La Luz, el Centro de Mayores... Pasean muchas personas y se necesita seguridad.

–¿Qué más problemas tienen?

–El tráfico desordenado es otra molestia para los vecinos. Los conductores se saltan las señales a la torera, conducen por dirección prohibida sin problemas...

–Pero si las indicaciones son correctas, ¿no es un problema de esos conductores?

–Sí, pero si no hay quien controle esas normas no sirven de nada. A ningún conductor se le ocurre ir en dirección prohibida por la calle La Cámara, porque sabe que la policía lo parará, que hay cámaras. Aquí no sucede eso. La sensación en el Alto El Vidriero es que sólo vemos pasar a la Policía Local en dirección a una urgencia hacia La Luz. Pero pocas veces los vemos patrullando por la zona. La sensación es que estamos en una ciudad sin ley. Supongo que no tienen medios, no quiero decir que ellos no quieran hacerlo. Y no sólo nos pasa a nosotros. También pasa en las zonas de acceso restringido en Villalegre, en Zaldúa; imagino que sucede en todo el extrarradio. Tampoco tenemos una parada de transporte público. La hubo, pero se quitó. Ahora tenemos que ir hasta La Luz o Santa Apolonia, lo que es un problema para las personas mayores o con niños.

–Antes comentaba que falta seguridad.

–Sí. Sufrimos muchos intentos de acceso a las viviendas. A una vecina le intentaron entrar cuando ellos estaban en casa. Y la policía le dijo que pusiese cristales en el muro para dificultar el acceso; a otra le abrieron un trastero y le dijeron que no lo vaciase para evitar que le entrasen a vivir. Hay edificios tapiados por las ocupaciones.

–¿Y más proyectos como fiestas o actividades?

–La asociación nace con un ámbito reivindicativo cien por cien. No pretendemos hacer fiestas, ni verbenas ni excursiones. Queremos el compromiso del Ayuntamiento para dar las mejoras que necesitamos, nos quiten el tráfico que no es nuestro y que se lleve a cabo el Plan General proyecto. Esa la base, cuando se logre, ya veremos lo que hacemos.

–¿Cómo la convencieron para que asumiese la presidencia de la asociación?

–Fui consecuente con mis ideas. Cuando me enteré del proyecto, les dije que contasen conmigo para lo que fuera. En la primera reunión me llamaron presidenta y lo asumí. Cumplí lo que había dicho.