La orden de San Juan de Dios, finalista al Premio Princesa de Asturias de la Concordia

El ébola se llevaba en el último año a 18 de sus miembros y hoy, precisamente, por la lucha que han mantenido contra esa y otras muchas enfermedades, poniendo en peligro sus propias existencias, pudiera darles el Premio Princesa de Asturias de la Concordia. La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, fundada en 1572, partía ayer, al término de la primera reunión del jurado, como favorita. Los votos que la separaban de la segunda finalista le otorgan muchas posibilidades de asumir los laureles. Pero nada será seguro hasta que culminen las últimas votaciones que tendrán lugar esta mañana y en las que esta organización internacional, vinculada a la Iglesia católica, competirá con otras dos candidaturas. De mantenerse las preferencias del jurado, integrado por los patronos de la Fundación que da nombre a los galardones, el próximo 23 de octubre, los responsables la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios estarán sentados en lugar preferente en el Teatro Campoamor.

Convertida tras siglos de historia en una de las mayores organizaciones internacionales de cooperación sin ánimo de lucro del mundo, la orden competía con otros 26 aspirantes al premio. Entre ellos, la candidatura de los Franciscanos en Tierra Santa, que logró varios apoyos, pero no llegó a la ocupar los puestos de la final. Las patronas de México, entregadas a su labor de ofrecer alimento, ayuda sanitaria y asesoría legal a los emigrantes centro y sudamericanos también estuvieron en la mesa de deliberaciones, como el párroco alavés Luis Lezama y el Derecho Constitucional.

Cada uno recibió respuestas diferentes del jurado, que dio por terminado su primer encuentro en poco más de una hora, sin protagonizar un debate encendido y mostrando su favor mayoritario por la candidatura que, en principio, ayer se colocaba en primera posición de la final.

Hoy a las doce del mediodía, en el mismo salón Covadonga del Hotel de la Reconquista, de Oviedo, donde tuvo lugar la reunión, se hará publico hoy el fallo. Con él se pondrá punto y final al palmarés de este año, el primero en que los galardones se denominan Princesa y no Príncipe de Asturias.

Se encargará de darle lectura el presidente del Principado, Javier Fernández, que encabeza el jurado, al que pertenece por cargo y al que ayer se unió el último.

A su llegada al Reconquista, la mayor parte de los patronos llevaban tiempo departiendo. Entre ellos también el empresario asturmexicano Antonio Suárez, el más madrugador de todos. Ya esperaba en el vestíbulo del hotel, junto a Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación, casi una hora antes de la señalada para la cita. También fueron bastante madrugadores el presidente del parlamento regional, Pedro Sanjurjo, y la alcaidesa de Gijón, Carmen Moriyón. No tanto, su homólogo de Oviedo, Wenceslao López, que acudía a la cita asegurando «no tener duda alguna en apoyar una candidatura del sector social».

Las empresarias Alicia Koplowitz y María del Pino Calvo-Sotelo, el presidente de honor de Vocento, Santiago Ybarra; el presidente de Mapfre, Antonio Huertas; el banquero José Oliú; el médico Adolfo Barthe Aza, el presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, y el de Repsol, Antonio Brufau, también dieron, entre otros, voz y voto a este premio . Pero ninguno se quiso pronunciar sobre los candidatos. Sólo el presidente de la patronal asturiana, Pedro Luis Fernández Pérez, comentó que, como en ediciones anteriores, había «un elenco importante» de aspirantes.

En esta edición han sido galardonados con los primeros Premios Princesa de Asturias de la historia el cineasta Francis Ford Coppola (Artes), la economista franco-estadounidense Esther Duflo (Ciencias Sociales), el filósofo Emilio Lledó Íñigo (Comunicación y Humanidades), las bioquímicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna ( Investigación Científica y Técnica), Leonardo Padura (Letras), Wikipedia (Cooperación Internacional), y Pau y Marc Gasol (Deportes).