Cuerpo, memoria y tecnología se instalan en Laboral
Seis nuevos proyectos aterrizarán en septiembre en el centro de arte gracias a la II Convocatoria de Residencias Artísticas
El nuevo curso llega cargado de novedades a Laboral Centro de Arte. Además de la incorporación de su nueva directora, Semíramis González, en ... septiembre aterrizarán también los seis nuevos creadores seleccionados en la II Convocatoria de Residencias Artísticas. Una iniciativa que, desde su implantación en 2017, ha acogido ya más de 120 proyectos y 300 participantes.
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Son seis propuestas cargadas de intencionalidad, concepto y fuerza que sus autores, asturianos o residentes en Asturias, desarrollarán hasta el mes de enero. El centro pone a su disposición los espacios, recursos y apoyo técnico con los que está dotado, y aunque cada uno pondrá en marcha su proyecto de manera independiente, la recurrencia a temas comunes pone de manifiesto cuáles son las preocupaciones de una generación de artistas que se pone en manos de la creatividad para hablar, por ejemplo, del cuerpo desde diversas perspectivas –«humano-máquina, prácticas artesanales o danza y movimiento», comparten desde el centro de arte–, de sus aproximaciones a los problemas sociales y de la recuperación de la memoria, pues se han seleccionado propuestas que «fomentan un diálogo entre pasado y presente, recuperando la memoria desde un lenguaje contemporáneo».
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Es el caso de María Ortiz, que desarrollará el proyecto audiovisual 'Consejos de mi güelo'; un «viaje poético» en forma de cortometraje que profundiza en las raíces de la autora «para rendir homenaje a las enseñanzas de nuestros antepasados». También desarrollará su propuesta Antonio Irún, un creador que a través del pop electrónico articula una personal narrativa queer «desde una Asturias postindustrial hacia una comunidad utópica de cuidado y diversidad», explica.
Lorena Poncela pondrá en marcha 'Emergencia gráfica: Narrativas gráficas ante la crisis climática', haciendo uso del cómic y de la realidad aumentada para indagar en la complejidad del cambio climático. En el proyecto de Pelayo Tamargo, por otra parte, se mezclan la pintura y los paneles led para «expandir el lenguaje pictórico en un entorno pixelado y luminoso inspirado en lo pop y lo cotidiano». Manuel Badás será quien incorpore la danza para explorar «cómo los cuerpos indisciplinados pueden desestabilizar los sistemas de control». El último de ellos, Martín Huamanchumo, utilizará la cerámica para conectar con asociaciones y espacios culturales de la ciudad. Habrá que esperar a enero para ver materializadas estas propuestas pero, por el momento, el centro de arte les da la bienvenida.
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