Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Talavante abrió la puerta grande de El Bibio.

Ver 99 fotos

Talavante abrió la puerta grande de El Bibio. Damián Arienza
Feria de Begoña en Gijón

Talavante triunfa y Aguado deja poso

Aunque el extremeño abrió la puerta grande de El Bibio, lo que permanecerá en la memoria dentro de unos años será lo bien que estuvo el sevillano en la quinta corrida de feria

Lunes, 18 de agosto 2025, 00:00

Comenta

Como la memoria es selectiva, dentro de unos años nos seguiremos acordando de lo requetebién que estuvo Pablo Aguado el último día de la feria de 2025. Y además, lo haremos ponderando su actuación con dos toros que no dieron facilidades. De lo que no estoy seguro, cuando pase el tiempo, es si nuestro disco duro interno guardará también que ese día en que Aguado 'entró' en Gijón, fue Talavante quien salió en hombros. Pues la actuación del extremeño tuvo unas connotaciones distintas y desde luego menos contundentes.

Eso sí, como anduvo más eficaz con el acero fue quien se llevó el gato al agua. Fue en el quinto, toro de nota por su brío y codicia. La faena de Talavante conectó enseguida con el tendido después de un inicio de mucha intensidad. Faena apasionada, y por ende algo acelerada y carente de reposo, pero ligada y muy fluida. Sin tiempos muertos. Aderezada además con una arrucina, cambiados por la espalda y un ramillete de manoletinas finales que provocaron un clamor. Cortó Talavante las dos orejas mientras 'Dengosillo' fue premiado con la vuelta al ruedo.

Esa lidia permitió aplacar su desazón después de lidiar a su primero, que ya hizo cosas de manso en los primeros tercios, muy suelto, doliéndose al castigo. Pareció que Talavante lo sujetaría en las primeras series de la faena, que además tuvieron transmisión por el ímpetu del toro. Incluso llegó a sonar la música. Pero cuando el extremeño cogió la zurda el animal se fugó sin disimulo y el torero hubo de perseguirlo por toda la plaza, incluso para tratar de cuadrarlo y darle muerte. Lo cazó al cuarto intento, y el público, comprensivo, pitó al toro y guardó un respetuoso silencio para el torero.

La primera faena de Manzanares se vio con agrado desde arriba y después de media estocada tendida paseó una oreja

Alto y estrecho el tercero de La Ventana, más en la línea Raboso. Tuvo su miga el astado, porque se movió pero nunca de un modo claro, amagando unas veces y otras metiéndose por dentro. Tragó Aguado. Tragó y confió. Siempre parsimonioso. Sin un toque, un pisotón o una voz a destiempo. Todo con compás. Y se acabó imponiendo a él y toreándolo superior. Dejó media en la yema y recogió la oreja de más peso de todo el abono.

El sexto de La Ventana, también de la línea Aldeanueva, no se dejó torear con el capote y en la muleta tuvo una conducta áspera. Se descomponía hasta violentarse si tratabas de apretarle para ligarle los muletazos. Volvió a bordarlo técnicamente Aguado, dándole sitio, y pausas, sin molestarlo, y de uno en uno le esculpió naturales de categoría, algunos de ellos a pies juntos. Tenía la oreja y la Puerta Grande en la mano, pero pinchó, y todo se disipó.

Hondo el primero, con cuello, de manos cortas. Perdió las manos en los primeros tercios y en el inicio de la faena de Manzanares, que lo pulseó con la mano derecha, a media altura, sin obligarlo, hasta acabar afianzándolo en el piso. La faena se vio con agrado desde arriba, y después de media estocada tendida paseó una oreja

El burraco cuarto de Puerto de San Lorenzo fue un gran toro, porque tuvo movilidad y ritmo, y se empleó por los dos pitones. Además tuvo duración. Estuvo a gusto Manzanares delante de él, lo muleteó con empaque y prestancia por ambas manos en una faena, esencialmente, elegante. Agradable de ver. Dos pinchazos antes de la estocada final le hicieron cambiar los trofeos por una cerrada ovación.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Talavante triunfa y Aguado deja poso