Carles Pachón, barítono: «Vivimos en un mundo, en una sociedad, donde las cosas como la ópera son vintage»
«La ópera ya no es salir a un escenario y deleitar al público con tu voz; como intérpretes debemos creernos el personaje y conseguir emocionar»
Una lesión le apartó del fútbol y le acercó a la ópera. Entonces sintió la emoción que él mismo proclama necesaria para vivir intensamente cada ... representación. El barítono catalán Carles Pachón se mete en el papel de Peter, el padre de Hansel y Gretel, en la obra homónima que abre mañana la temporada de ópera de Oviedo.
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–Oviedo inaugura la 78ª temporada de ópera con la obra 'Hansel y Gretel', que usted protagoniza. ¿Cómo se siente a un día del estreno?
Hansel y Gretel
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Obra Basada en el cuento infantil 'Hansel y Gretel' de los hermanos Grimm.
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Versión Engelbert Humperdinck firma un libreto con influencias de Wagner.
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Temática Trata problemas como las desigualdades económicas y el maltrato.
–Me siento un afortunado. Es maravilloso poder estar aquí en el Campoamor de nuevo. Aparte de haber trabajado en el proyecto de 'Viernes de Ópera', estuve celebrando el 75 aniversario de la temporada de la ópera de Oviedo con un concierto excepcional en el auditorio Príncipe Felipe. Siempre he estado muy ligado a la ópera de Oviedo, sobre todo porque me dieron una de mis primeras oportunidades. Y ahora venir y estrenar la temporada con un título como 'Hansel y Gretel', que se hace poco en España, pero mucho en Alemania, que es donde yo vivo, es un placer.
–El libreto de Hansel y Gretel está basado en un relato infantil, pero en el Campoamor no veremos una función para niños, precisamente.
–La ópera no es tan infantil. Trata problemas como las desigualdades económicas o incluso el maltrato. El rol que yo interpreto, el padre, ejerce sobre la madre el maltrato que la madre ejerce sobre los niños. Todos estos temas no son de un mundo de colores, sino la cruda realidad de nuestros tiempos.
–Un cuento muy leído, pero una obra poco representada.
–Cuando la estrenaron tuvo éxito, pero un éxito relativo. Luego cuando empezó a interpretarse en Viena, ganó más fama y ahora siempre en las fechas navideñas es un clásico en todas las programaciones teatrales alemanas.
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–Hábleme de Peter, el personaje que usted interpreta.
–Es un padre que bebe mucho, siempre está borracho y tiene problemas económicos en casa. Pero justamente la ópera nos deja ver el día en el que hay para comer. Uno de los pocos días del mes que Peter puede traer algo de comer a casa para su mujer y sus hijos. Está muy contento y por eso entra cantando. Hemos sido muy fieles con el personaje, incluso hemos ido un poco más allá. Le hemos dado más de trasfondo. Peter es un maltratador de su esposa y su esposa le maltrata a él en algún momento. Digamos que él se aprovecha de su mujer como desgraciadamente muchísimos hombres durante muchísimos años. Hoy en día parece que estamos despertando y las cosas están cambiando.
–Se trata de la obra maestra de Engelbert Humperdinck. ¿Qué le ha parecido su versión?
–Es un compositor que se define como un postwagneriano. Fue su alumno y le admiraba muchísimo. En sus composiciones siempre utilizaba los mismos recursos que Wagner usaba como el leitmotiv, que es identificar a los personajes con sus respectivas melodías y después reintroducirlas según en qué momento de la ópera se está hablando de esos personajes. Eso es una genialidad porque le da a la obra una grandísima dimensión.
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–Dicen que usted tiene grandes dotes actorales. ¿Cómo se conjuga el canto y la actuación?
–Eso es el reto de cualquier cantante hoy. La ópera ya no es salir a un escenario y deleitar al público con tu voz. Técnicamente tienes que ser perfecto, tener una voz bonita, cantar con gusto y estilo, pero si además como intérprete actúas, te crees el personaje y lo llevas a tu terreno, eso no pasa inadvertido y ayuda a que el público pueda emocionarse, que es lo que nos interesa como intérpretes. Estoy deseando ver la reacción del público de Oviedo, que siempre me ha acogido muy bien.
–¿Cómo se puede acercar la ópera a los jóvenes?
–Vivimos en un mundo, en una sociedad, donde las cosas como la ópera son vintage y no puedes poner una ópera en un vídeo de 15 segundos de Instagram. Es imposible. El reto es cómo llegamos al público joven mediante sus canales, cómo crearles afición a través de sus teléfonos móviles. Es verdad que hay iniciativas, teatros con funciones para menores de 35 o de 28 años con un precio muy asequible. Algunos incluso ponen un servicio de DJ al final de la función para que todo sea una experiencia inmersiva.
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–¿Cómo llegó a su vida la música y, sobre todo, la ópera?
–Siempre me había gustado mucho la música. Desde pequeño había ido a la escuela de música de mi pueblo. Tocaba la guitarra, pero empecé a jugar al fútbol y tuve que decidir y elegí el fútbol. Después, una lesión me obligó de golpe a abandonarlo y volví a estudiar música. En aquel momento yo estaba en el instituto y montamos un grupo de rock y empecé a cantar y me uní a un coro. Empecé como tenor. En mi primera clase descubrí que me encantaba la ópera. Aparte, estudié Farmacia y allí había un coro. Durante la pandemia tuve que trabajar como farmacéutico.
–Hoy le consideran una de las grandes promesas del panorama nacional. ¿Le presiona?
–No, no es un tema de presión, sino de responsabilidad. Mucha gente confió en mí. Pero llevo ya 10 años cantando e interpretados más de 65 roles.
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–De esos 65, ¿recuerda alguno especialmente?
–El Don Giovanni y el notario de 'El Caballero de la Rosa'.
–¿Y cuál le gustaría que aún no ha hecho?
–Fígaro en 'El Barbero de Sevilla'.
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