Juan Cossío, flautista: «Me gustaría que después del concierto el público incorpore la ópera a sus listas de Spotify»
El músico gijonés interpretará esta tarde una selección de arias con arreglo para flauta travesera en la Isla del Jardín Botánico
La flauta de Juan Cossío (Gijón, 1996) lleva años mostrando su sonido en algunos de los escenarios más importantes del país y más allá ... de nuestras fronteras. Actualmente, ocupa el cargo de flauta principal en la orquesta de la Fundación Excelentia de Madrid, que combina con docencia y proyectos de investigación. Esta tarde (19 horas) llevará un repertorio de ópera adaptado a su instrumento hasta el Jardín Botánico en un concierto único junto al pianista Óscar Camacho.
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–¿Qué significa tocar en un espacio tan especial?
–Pues, para mí, la oportunidad de compartir en casa todo lo que llevo recorrido después de 20 años de carrera; todo lo que llevo aprendido, todo lo que llevo trabajado. Compartirlo con mi gente, con mi familia, con mis vecinos, los paisanos de mi ciudad, que es la gente con la que más me gusta compartirlo.
–¿Influye el entorno en la manera de interpretar?
–Por supuesto. El Jardín Botánico es un escenario único en Asturias y en España, si me apuras. La oportunidad de hacer música en un entorno como este es fantástica. Sobre todo, si lo podemos hacer fuera, que es el plan. Para el público, sentirse rodeados de la naturaleza que hay en ese jardín, que es fantástica, hace que se genere una sensación supercool.
–¿Cómo va a ser el repertorio?
–Consiste en arias de ópera, de las mejores de las que he ido trabajando a lo largo de mi carrera como flautista de orquesta. Son arreglos que he hecho yo para flauta y piano. Aparte, también tocaremos dos fantasías de ópera, que son piezas ya compuestas para el instrumento en sí, selecciones de diferentes temas de una misma ópera. Por ejemplo, la fantasía de 'La Traviata', son varios temas de 'La Traviata' escritos para flauta con temas y variaciones. Son mucho más virtuosas. La idea es sacarle el jugo a la música de la ópera, quitarle las palabras, que solo quede el esqueleto musical y poder disfrutar de él.
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–¿Hay alguna pieza que tenga un valor especial para usted?
–La final, que es la fantasía de 'Carmen'. Lleva en mi atril más de una década y fue de lo primero que toqué en un concierto hace más de diez años con este mismo pianista, con Óscar Camacho, que me ha acompañado desde niño. Volver a tocarla con Óscar ahora, siendo yo un profesional más establecido y después de estos años, es superespecial para mí.
–¿Presenta algún reto enfrentarse a un espacio no convencional?
–Este espacio supone el reto de que no es un espacio acústicamente tan preparado como un auditorio, que está pensado 'ad hoc' para ello. Y además, pese a que se valoró en un momento, yo pedí hacerlo sin microfonar. No se microfona nada, solo mi voz cuando explique las arias. Es un reto tocar en un espacio abierto y llenarlo, con la intensidad y con la fuerza que se merece, sin microfonar. Pero no queríamos hacerlo para que no perdiese calidad el sonido, porque Óscar y yo llevamos toda la vida estudiando música y currándonos el sonido de nuestro instrumento, y si le metemos micrófono pierde mucha calidad. Ese es el reto, sacar a capella, acústicamente, todos los colores y toda la intensidad que se merece.
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–¿Es importante la parte de explicar las arias al público?
–Yo tengo mucha experiencia en divulgación cultural y en divulgación musical, y mi idea es humanizar un poquito el repertorio, humanizar la ópera y que el público la entienda. Muchas veces, en los conciertos de música clásica, se presenta un repertorio genial, pero el público se va con la sensación de no haber entendido nada porque nadie les explica lo que están escuchando. Dentro de la divulgación, a lo que me dedico es a humanizar el repertorio y a explicarlo de forma sencilla, amena y accesible para todos los públicos, porque al fin y cabo lo han compuesto otros humanos con sus sentimientos, gente también de a pie de calle. Y al humanizar esta música le das un significado, la gente comprende lo que está escuchando, lo entiende, empatiza más con ello y también está más concentrada en el concierto. El conocimiento al final es poder.
–¿Qué espera que el público se lleve de esta velada?
–Pues por un lado espero que sientan, que disfruten mucho el concierto en un paraje tan único como es el Jardín, y que disfruten de la experiencia no solo de nuestra música, sino de poder darse un paseo, disfrutar de su vegetación, de su colección floral. Y por otro lado, lo que espero es que comprendan un poco más el mundo de la ópera, que les sea mucho más cercano, que no genere esa barrera típica de: 'Buf, yo de ópera no tengo ni idea'. Que les apetezca luego ir a ver una ópera entera, que la escuchen en su casa y que la incorporen a sus listas de Spotify.
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