El balón deja de rodar en España

Tregua competitiva. El balón deja de rodar en España. Recién superadas las doce del mediodía de ayer, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) hizo oficial lo que se barruntaba y suspendió las dos próximas jornadas en Primera y Segunda División dentro de las medidas para frenar la cadena de contagio del COVID-19.

El fútbol nacional echa el cierre en su totalidad. Tras la suspensión el miércoles de todas las categorías no profesionales, los dos primeros escalafones se unieron ayer a esa medida. Tanto el Sporting, que debía desplazarse a La Coruña para disputar su duelo contra el Deportivo en Riazor, como el Oviedo, que recibía en el Carlos Tartiere mañana a la Ponferradina, encaran un par de semanas de tregua.

El club carbayón, que ya había solicitado el aplazamiento el pasado martes, no disputará su encuentro contra el Deportivo programado para el 21 de marzo en la capital del Principado y el Sporting tampoco tendrá que viajar a Alcorcón la próxima semana. «Es una medida mayor. Tenemos que acatarla como es y no tomarlo como unas vacaciones. Es un parón», expuso Álvaro Cervera, el entrenador del líder de Segunda División.

La postura de detener la competición promovida por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la Federación Española de Fútbol prevaleció frente al planteamiento inicial de la LFP, que abogaba por disputar a puerta cerrada los encuentros correspondientes a la jornada que iba a comenzar hoy y los de la próxima semana. El organismo presidido por Javier Tebas, invitado por Luis Rubiales a una reunión de la comisión de seguimiento ayer en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, reconsideró su intención después de que un positivo en el seno del Real Madrid desencadenase los acontecimientos y le indujese a seguir el protocolo gubernamental, con las medidas establecidas en el Real Decreto 664/1997 de 12 de mayo por el riesgo de posibles contagios «en jugadores de otros clubes».

«Dicha decisión será revaluada tras la finalización de las cuarentenas decretadas en los clubes afectados y de otras posibles situaciones que pudieran darse», matizó al final de su comunicado la patronal del fútbol español. Por sexta ocasión en su historia, la máxima categoría se detendrá, a la espera de cómo evolucione el proceso para frenar la cadena de contagio de la epidemia. La Federación Española se reunirá de nuevo el 25 de marzo para evaluar la situación y determinar si se deben suspender más jornadas de Liga.

Con la incertidumbre planeando sobre el calendario, la Liga de Fútbol Profesional estima en 678 millones el impacto económico que tendría una suspensión prolongada hasta el final de temporada. Los clubes dejarían de percibir en sus arcas 549 millones por derechos de televisión, 88 por abonos y 41,4 por taquillas, de acuerdo a los cálculos realizados por la propia LFP.

A través de un comunicado de la AFE, los jugadores mostraron su unidad en la lucha contra el coronavirus. Como ayer recordó el técnico racinguista José Luis Oltra, «el fútbol es lo más importante de lo menos importante».