El protocolo para la afición visitante en el derbi vuelve a ser el centro de la polémica

El protocolo diseñado para el desplazamiento del grueso del sportinguismo a Oviedo este sábado para ver el derbi (Carlos Tartiere, 21 horas) ha provocado el enfado en un importante sector del sportinguismo. Unipes, por ejemplo, no asistirá al encuentro como colectivo, rechazando así pedir entradas, por lo que considera, un año más, como un protocolo desmedido. La Federación de Peñas Sportinguistas tampoco acudirá, pero en su caso por no haber sido tenida en cuenta en las reuniones en Delegación de Gobierno para acordar el dispositivo. Más peñas y agrupaciones comunicaron su rechazo.

Como informó EL COMERCIO, el dispositivo, que se catalogó de más «flexible», quedó al descubierto ayer, muy lejos del visto bueno popular. Los aficionados del Sporting que no viajen en 'burbuja' -la mayoría, puesto que son todos los que no están inscritos en la grada de animación- están convocados en Oviedo a las 18.30 horas, dos horas y media antes del inicio del partido, para ir caminando hasta el campo. Pero este no es el horario real.

El punto de encuentro ha sido ubicado en la zona de El Cristo, en el aparcamiento de la Facultad de Derecho, y una comunicación del Sporting a última hora de la tarde de ayer informó de que, para el reparto de entradas, habría que estar «como mínimo» tres horas y media antes del partido. Es decir, la cita real sería a las 17.30 horas, lo que ha sentado mal a muchos sportinguistas, quienes consideran que no existe la flexibilización anunciada. Además, hasta las 18.30 horas, nadie podrá moverse de esa zona, siendo todos los aficionados escoltados por la Policía. Los seguidores inscritos en la grada de Animación saldrán de El Molinón tres horas y cuarto antes.

Para contribuir al malestar, como adelantó EL COMERCIO en su edición digital, el precio de las entradas será de 25 euros. Y finalmente se enviarán unas 1.000. El club ha habilitado su Área Social, con el límite de mañana a las 10 horas para el cierre de las inscripciones. Un abonado puede inscribir a un segundo y, después, para recoger las localidades físicas habría que esperar al mismo sábado. Ahí radica uno de los problemas. Trabajadores del Sporting tendrán que identificar a todos y repartir las entradas, lo que llevarán un tiempo.

El club, que tuvo ayer una jornada ajetreada, con contactos con diversos grupos, con Delegación del Gobierno y las fuerzas del orden, no estaba satisfecho ni con el precio de las entradas ni con los tiempos establecidos. Valoró incluso no acudir el sábado al palco en señal de respaldo a sus aficionados por considerar exagerado, de nuevo, el dispositivo. Pero pesó más la intención de reconducir las relaciones con el Oviedo y el apoyo a los aficionados que sí quieran asistir al choque, además de a los jugadores. El club quiere estar con el equipo.

En todo caso, el Sporting no da la batalla por perdida y tiene previsto seguir negociando durante la jornada de hoy para ver si puede rebajar de alguna forma los tiempos de espera, entendiendo, como premisa base, el dispositivo de seguridad para que no haya incidentes. Con esta hoja de ruta, la idea es que la 'Mareona' esté sentada en el Tartiere dos horas antes del inicio tras pasar un control de seguridad. Así, el sportinguista de Gijón, por ejemplo, tendría que poner rumbo a Oviedo como mínimo unas cuatro horas antes del inicio del choque.

«Nos tratan como una amenaza de nuevo. Esto se aleja mucho de la propuesta que habíamos realizado», lamentó Adrián Núñez, presidente de Unipes, quien se había guardado su opinión hasta conocer los pormenores del acuerdo, para explicar la negativa de su colectivo a asistir al encuentro. «Si alguien vive en Vegadeo y va al derbi, se ahorrará pasar por Gijón, pero tampoco mucho más», completó.

La afición del Oviedo sí piensa asistir en masa al encuentro de vuelta en Gijón. En los últimos meses, la Aparo propuso reducir los tiempos de los traslados en autocar y quitar un cacheo. Ahora, entendiendo que los tiempos para los aficionados siguen siendo muy exagerados para la cercanía que hay entre las dos ciudades, y que deben de ser recortados aún más en el futuro, tienen previsto estar la segunda vuelta en Gijón.

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