La historia del expiloto de F-1 que ahora conduce un coche fúnebre

La Fórmula Uno está llena de historias asombrosas y no todas tienen que ver con la velocidad. Hay pilotos que pasan por el gran circo dejando un regusto de trabajo bien hecho y así quedan en la memoria de los buenos aficionados, que, tras el paso de los años, se preguntan qué sería de tal o cual corredor. Estos días se ha conocido la historia del que fuera piloto entre 1994 y 2003, años en los que corrió para Sauber, Williams-Renault, Prost, Arrows y Jordan-Mugen-Honda. Hablamos de Heinz-Harald Frentzen.

De padre alemán y madre española, con una novia de juventud, Corinna, que, piruetas del destino, sería más tarde la mujer de Michael Schummacher, hoy se dedica a conducir coches fúnebres en el negocio familiar.

Negocio fundado por su padre

Frentzen, que en la actualidad tiene 47 años, cuenta orgulloso que siempre ayudaba a su padre, fundador de la empresa de pompas fúnebres, a conducir los vehículos negros por la ciudad de Mönchengladbach, donde tiene su sede la funeraria.

No sólo eso. Entre las anécdotas que se le atribuyen en sus inicios deportivos se cuenta siempre que en ocasiones iba a los circuitos en el coche fúnebre, transportando el kart en la parte reservada al féretro.

Frentzen disputó un total de 160 grandes premios a lo largo de su carrera, consiguiendo el triunfo en tres de ellos y siendo subcampeón del mundo en la temporada 1997 con un Williams-Renault.