El calendario vital del gigante del acero

El acuerdo firmado entre Maroto y Mittal incluye la financiación de la primera fase del plan de descarbonización anunciado el pasado mes de julio: 1.000 millones de euros, de los que 500 procederán de fondos públicos. Servirán para levantar una planta de reducción directa de mineral de hierro (DRI por sus siglas en inglés) y cambiar la acería de Gijón por un horno de arco eléctrico. Además, deja la puerta abierta a electrificar la acería de Avilés, un proyecto vital si se quiere mantener la capacidad de producción cuando se cierren los hornos altos. Gobierno y empresa negocian en torno a este proyecto, previsto para una segunda fase, con la premisa de que se mantenga o aumente la capacidad de producción de acero de la región.

La acería de Avilés es mucho mayor que la de Gijón y abastece a la división de planos, la más importante de la compañía en Asturias. La planta de DRI dará suministro también a las instalaciones de Sestao, lo que implica una pérdida de producción de cerca de un millón de toneladas en Asturias. Por ahora, una segunda planta de este tipo no está sobre la mesa, aunque algunos sindicatos ya empiezan a reclamarla.

El calendario con el que trabaja tiene en 2025 el primero de sus hitos. Para esa fecha se espera que la primera fase del proyecto de descarbonización esté completada y que comience a llegar a Asturias el hidrógeno verde con el que se alimentará la planta de DRI. ArcelorMittal forma parte del consorcio HyDeal, que promueve un megaproyecto para abastecer al gigante del acero y a Fertiberia en Asturias de este combustible verde. Ese año se cerrará además el horno alto 'A'. La vida útil del segundo, el 'B', se extiende hasta 2032. Este centro de producción de arrabio podría seguir dando servicio a las instalaciones asturianas hasta entonces, pero la Comisión de Medio Ambiente de la UE aprobó la pasada semana un recorte a los plazos de concesión de derechos gratuitos de emisión, que provocarán que en 2028 deje de ser rentable. Aunque aún falta que la decisión de la comisión sea ratificada por otras instancias, este movimiento añade premura a los planes de descarbonización de la empresa y presión a la negociación de la nueva acería de Avilés, sobre la que reposa el futuro de la siderurgia integral en la región.

El plan de descarbonización de ArcelorMittal en Asturias implica también una reducción del empleo. La fábrica será más sostenible, pero tendrá menos trabajadores en sus instalaciones. En la primera parte del plan, la previsión pasa por la salida de 970 empleados. Los sindicatos están en contra de una medida que aún no saben cómo se va a articular. Todo en medio de la negociación del acuerdo marco, que va ya por su octava reunión sin que haya avances. Los sindicatos reclaman subidas salariales por encima del IPC, que la empresa rechaza. La negativa de la siderúrgica a activar el contrato relevo en previsión de las salidas es otro de los factores que juegan en contra de las conversaciones. Todas estas cuestiones se resuelven con la sombra del plan de descarbonización. La empresa pretende que las inversiones se activen solo si cuenta con «paz social» para llevarlas adelante.

El acuerdo entre Reyes Maroto y Aditya Mittal se firmó el miércoles. Un día antes, también en el Foro de Davos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de Arcelor, Lakshmi Mittal, mantuvieron un encuentro en el que también participó la ministra. La reunión sirvió para avanzar en lo que se firmaría al día siguiente, pero del encuentro salió también una crítica a la demora de la Unión Europea a la hora de aprobar la ayudas previstas. Tanto Sánchez como Mittal lamentaron la tardanza en aprobar un dinero que aún no ha llegado a las arcas de la empresa, pero ambos se mostraron confiados en que la situación se pueda desbloquear más pronto que tarde.

La llegada de la financiación es vital para cumplir los plazos. Aunque los trabajos previos de planificación están en marcha y la empresa ha solicitado ya el cambio de la autorización ambiental, que lleguen los fondos es fundamental para poder dar comienzo a las obras y que se cumplan los plazos.

Cuando en julio del pasado año se presentó la primera fase del proyecto de descarbonización de la planta gijonesa de Arcelor surgió una pregunta: ¿cómo iba a conseguir la empresa abastecerse de hidrógeno verde para alimentar la planta de DRI? La respuesta la dio la propia empresa el pasado mes de febrero. Junto con Fertiberia, Enagás y DH2 planean poner en marcha 9,5 GW de energía fotovoltaica y 7,4 GW de potencia de electrólisis en 2030 con el objetivo de producir 300.000 toneladas de hidrógeno verde al año. La previsión pasa por que el nuevo combustible verde comience a llegar a Asturias en 2025, coincidiendo con la puesta en marcha de las nuevas instalaciones de Arcelor.

Para 2026, la intención es que el consorcio suministre ya 200.000 toneladas de este vector energético a la región. La inversión estimada llega a los 8.000 millones de euros, un proyecto colosal del que se espera además que ayude a descarbonizar otras industrias en la comunidad. La previsión pasa también por que Asturias se pueda posicionar en toda la cadena de valor que genere, con la intención de potenciar la industria regional.