Las claves del proyecto que transformará la historia siderúrgica en España
Supondrá un antes y un después para la producción de acero, la economía, el empleo y la calidad del aire
N. A. E.
GIJÓN.
Domingo, 18 de julio 2021, 01:38
Será una obra clave para la economía asturiana, que cambiará para siempre la forma de producir acero y que tendrá repercusiones en la cifra ... de trabajadores, su cualificación o en la calidad del aire del entorno.
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Inversiones
Cambios en las plantas
Serán 1.000 millones de inversión. El horno alto 'A' y el sínter 'B' se sustituirán por una nueva planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) cuyo coste puede rondar los 800 millones y que utilizará como fuente de energía hidrógeno verde que se suministrará a través de tuberías desde puntos de producción de la Península Ibérica. Allí ese gas renovable se obtendrá gracias a electrolizadores y grandes campos de paneles fotovoltaicos. La acería de Gijón se modificará para convertirla en eléctrica, abastecida por fuentes renovables. Se cerrarán los convertidores, se instalará un horno de arco eléctrico híbrido, que pueda funcionar con chatarra y con DRI, incluso con arrabio, y se mantendrán las coladas continuas. Con todo ello, además de la incorporación de mejoras en la acería eléctrica de Sestao, Arcelor espera reducir a la mitad sus emisiones en España para 2025. La caída puede llegar a 4,8 millones de toneladas. También habrá una mejora significativa de la calidad del aire en la zona oeste de Gijón, al eliminar dos de las instalaciones más contaminantes, como es un horno alto y el sínter que no dispone de filtro de mangas. Ya no solo se reducirán las emisiones de carbono, sino las de partículas.
Productos
Nuevo acero verde
Un millón de toneladas de prerreducidos de hierro se transportará hasta la acería eléctrica de Sestao, el resto se tratará en la acería gijonesa, que tendrá una capacidad de 1,1 millones de toneladas, 200.000 más que la actual, que se convertirán en carril y alambrón. Sin embargo, en el cómputo global, las factorías asturianas perderán como máximo alrededor de un 20% de producción. Si ahora se sitúan alrededor de 4,5 millones de toneladas, pasarán a un mínimo de 4. Esto vendrá determinado por un descenso en la producción de la acería de Avilés y el tren de bandas en caliente, que mantendrá el método tradicional durante esta década y por tanto con una mayor huella de carbono, en favor de la acería verde de Sestao, neutra en emisiones, que se llevará parte de la producción avilesina. Buena parte de la producción asturiana se convertirá en XCarb, la marca certificada de acero verde de Arcelor.
Empleo
Menos plantilla, más formada
Esta transformación tendrá un efecto directo sobre el empleo en una doble vertiente: habrá una reducción de plantilla y se buscarán perfiles más cualificados. El recorte de la producción y la incorporación de nuevas instalaciones, más modernas, eficientes y digitalizadas, implicará sin duda un descenso en la cifra de trabajadores que necesite la multinacional para las plantas asturianas. Sus directivos en Asturias no han cuantificado la cifra, pero será importante, aunque se espera que el recorte se pueda realizar de forma no traumática. De ahí que la empresa ya haya empezado a amortizar puestos, empezando por los de los nacidos en 1960 y 1961, que ya no saldrán con contrato relevo y, por tanto, no serán sustituidos por personal joven. Son alrededor de 300 y solo es el principio. La empresa propondrá un plan social para las salidas, que negociará con los sindicatos a partir de septiembre, a los que les pide un diálogo civilizado. «No habrá grandes tragedias», les han asegurado. A la vez se buscarán perfiles más cualificados, expertos en automatización y robotización, ya que las necesidades cambiarán.
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