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Terrazas de locales de la calle Gascona, en Oviedo. ALEX PIÑA

El Gobierno amplía al 50% el aforo permitido en las terrazas

Los hosteleros lamentan que los créditos del ICO no lleguen a los beneficiarios, mientras que las facturas se acumulan

PALOMA LAMADRID

Domingo, 3 de mayo 2020, 03:47

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Si el proceso de confinamiento por la pandemia ha sido duro y ha supuesto un enorme impacto en la economía, la desescalada no será más liviana. De hecho, las empresas asturianas ven con honda preocupación el regreso a esa nueva normalidad a la que alude el Gobierno. Y también con muchas dudas, fruto de la incertidumbre que rodea cualquier medida, con frecuencia sometida a cambios de criterio por parte del Ejecutivo. Ayer por la tarde llegó otro de calado: cuando se alcance la fase 1 -en Asturias, teóricamente, el día 11-, las terrazas hosteleras podrán abrir al 50% de su aforo, frente al 30% anunciado en un primer momento.

Hay mucha inquietud también porque las empresas parten de una situación de debilidad. Basta con repasar las cifras del paro y los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para comprobar que la economía asturiana está muy mermada. En concreto, el pasado 23 de abril ya había más de 83.000 parados, según la última cifra dada por el consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, Enrique Fernández. Hasta esa fecha, se habían sumado 5.606 personas más a las listas del paro, un 7,24% más que un mes antes. A los que hay que añadir los 4.511 nuevos desempleados (un 6,18% más) que se incorporaron en marzo, el peor desde hace treinta años.

Cifras en las que no se incluyen los 45.112 trabajadores afectados por los 10.847 expedientes reguladores tramitados en Asturias desde el 11 de marzo. En cualquier caso, los diferentes sectores no encaran la desescalada de igual manera. Si bien la industria ha logrado mantener la actividad, aunque mermada, la hostelería y el comercio han sufrido un parón sin precedentes.

Hostelería y turismo

«Una situación dantesca» a la espera de la desescalada

«Es una situación dantesca». Así califica el presidente de Otea, la patronal de hostelería y turismo más grande de Asturias, el panorama del sector justo antes de comenzar la fase cero. José Luis Álvarez Almeida lamenta que las líneas de financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) no terminen de llegar a las cuentas de los hosteleros, mientras que sí lo hacen los recibos de la luz, el agua, el alquiler... Por ello, agradece al Principado la aprobación de una línea para autónomos y empresas turísticas de hasta 20 empleados, con préstamos de entre 5.000 y 20.000 euros y condiciones ventajosas. Pero las medidas de desescalada son harina de otro costal. El sector no entendía que, a partir de la fase 1, solo pudieran abrir las terrazas al 30%, como planteó el Gobierno en un principio, y «en cambio, en un supermercado están todas las cajas abiertas». Finalmente, el Ejecutivo atendió en parte a sus reivindicaciones y amplió el aforo al 50%. A juicio de Almeida, si se cumple la distancia de seguridad, no hay razón para ocupar solo un tercio de las mesas.

También los hoteles encaran la vuelta a la actividad con problemas, ya que no podrán alojar a clientes de fuera de la región. Un alivio, al menos, supone que parte de la plantilla pueda seguir en el ERTE al reabrir con las limitaciones impuestas por el Gobierno. «Si se pueden mantener los costes de personal ajustados, poco a poco iremos cogiendo velocidad de crucero y volveremos a ser rentables», indica.

Almeida no maneja una previsión de cuántos de los 12.000 negocios hosteleros y turísticos abrirán sus puertas en las primeras fases porque el miedo y la incertidumbre pesan. «Queremos abrir y nos encantaría hacerlo con los locales llenos de gente y con las normas de seguridad muy presentes», añade.

Comercio de proximidad

Mantener las ayudas medio año para reflotar los negocios

El comercio de proximidad representa el 15% del PIB y el 18% del empleo en Asturias. Es, por tanto, un tejido económico de primer orden que intenta recuperar el ritmo de la mejor manera posible dentro de las excepcionales circunstancias que vivimos. La mayoría prevé abrir el 11 de mayo si se cumple el calendario aprobado por el Gobierno. «Encaramos la desescalada, por un lado, con muchas ganas porque es el momento de ir hacia una normalización de la actividad lo más rápido posible», apunta la gerente de la Unión de Comerciantes del Principado, Carmen Moreno.

Pero también, sobre todo de cara a mañana -cuando reabrirán ciertos negocios con cita previa, como las peluquerías y los restaurantes con comida para recoger-, «con dudas muy importantes sobre las medidas de seguridad» que intentan subsanar. Sobre las medidas de apoyo que requiere el sector, señala que, al igual que en el caso de la hostelería, se permita la incorporación progresiva de los trabajadores afectados por ERTE y que los expedientes se mantengan una vez que termine el estado de alarma. Además, Moreno plantea la conveniencia de que las ayudas a autónomos se mantengan durante seis meses tras este periodo. La justificación es que «los negocios no van a contar con la rentabilidad que tenían cuando cerraron».

En el plano fiscal, los comerciantes asturianos piden al Gobierno central que permita el fraccionamiento y el aplazamiento de los impuestos durante un año y sin intereses. Al Principado, ya le han solicitado una campaña de sensibilización para atraer a la ciudadanía al comercio de proximidad y a los ayuntamientos que las ayudas sociales dirigidas a la población «sean finalistas, de manera que las compras repercutan en el comercio de cada localidad», con un modelo similar al de la renta social de Gijón. Asimismo, Moreno solicita que las ayudas a la contratación «se orienten para que todas las empresas recuperen a los trabajadores afectados por ERTE, para sacarles del desempleo».

Autónomos

28.600 ceses de actividad y sin dinero en la caja

Los autónomos son uno de los colectivos más afectados por la crisis del coronavirus. De los 73.182 que hay en Asturias, 28.649 han solicitado la prestación por cese de actividad. De ellos, 26.962 se aprobaron, mientras que 583 fueron denegados y otros 60 se dieron por desistidos. Los 1.044 restantes están pendientes de resolución. Estos son los cálculos que maneja la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) de Asturias. Su presidenta, Patricia Oreña, lamentó que a muchos se les cobró igualmente la cuota de cotización el jueves, aunque el Gobierno se ha comprometido a devolverla.

La principal queja, en este sentido, «es que no tienen dinero» para afrontar los gastos porque, tras mes y medio con la persiana bajada y, por tanto, sin ingresos, no cuentan con liquidez para abonar cuotas, impuestos y cargos por alquiler de local, luz y agua. Respecto a los ERTE, Oreña señala que hay dos complicaciones fundamentales. Por un lado, que «los trabajadores están en casa, sin cobrar, desde hace muchísimo tiempo». Por otro, que la aprobación del ERTE, en la mayoría de los casos, obliga a no efectuar despidos en seis meses.

La industria

Un sector ya dañado que intenta captar pedidos

El enorme peso de la industria en Asturias es innegable, ya que ronda el 22% del PIB. Antes de la crisis del coronavirus, el sector ya evidenciaba serias dificultades. La elevada factura eléctrica, el aumento de las importaciones de países extracomunitarios y el encarecimiento de las materias primas son algunos de los principales problemas que intentaba sortear la industria, sobre todo la siderúrgica. Arcelor lleva mucho tiempo advirtiendo de las trabas que encuentra en el mercado para mantener unos niveles de actividad óptimos. Un bache que con la expansión del coronavirus que se ha vuelto más profundo y del que es difícil salir. La pandemia ha provocado la caída en picado de los pedidos, con lo que las empresas se ven obligadas a recortar gastos.

Esta es la justificación ofrecida por Arcelor para presentar un ERTE a sus trabajadores en España, 5.500 en Asturias. Despedir a entre 50 y 100 empleados y paralizar todas las inversiones son los otros ajustes que están sobre la mesa. Los males de Arcelor contagian a buena parte de la industria auxiliar asturiana, que depende de su actividad. Una muestra es el ERTE presentado por Daorje, su principal contrata, que afecta a 1.500 empleados.

Sector agroalimentario

Una actividad continua que evitó el desabastecimiento

El sector agroalimentario ha logrado evitar el desabastecimiento en unas semanas complicadas en las que los actores se han visto obligados a adaptarse a la situación. En realidad, el sector encara la desescalada con tranquilidad, con la experiencia acumulada en este mes y medio. «Dado que nuestra actividad no paró en ningún momento, no creo que apenas hubiera ERTE», apunta la secretaria general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Asturias, Mercedes Cruzado. Las principales restricciones a las que se vieron abocados fueron la suspensión de las ferias de ganado y las relativas a los huertos de consumo, por lo que el impacto no ha sido demasiado significativo. Sí lo ha tenido el cierre de la hostelería, aunque esperan que ahora se reactive.

Supermercados

Encaran las nuevas fases con los deberes hechos

Los supermercados han jugado un papel esencial durante el tiempo de confinamiento absoluto. Y lo seguirán haciendo. Tuvieron que adoptar medidas de seguridad de manera urgente para proteger a sus trabajadores y clientes, por lo que ahora encaran las fases de la desescalada con los deberes hechos. En el caso de Alimerka, mantiene todas las medidas de protección aplicadas hasta la fecha y continuará con la progresiva apertura de tiendas. Por su parte, Masymas, actualizará el protocolo ideado para intentar frenar los contagios. Mercadona continuará con el control del aforo de los supermercados, la separación mínima de un metro entre clientes en la línea de cajas y la instalación de mamparas, entre otras medidas.

Transporte

La actividad desciende un 40% por el coronavirus

El transporte, aunque resulta esencial para el abastecimiento de alimentos y materias primas, lo cierto es que su actividad ha descendido un 40%, sobre todo por la ralentización de la industria y la construcción, según los cálculos del presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte de Asturias (Asetra), Ovidio de la Roza. Así, señala que el 30% de los 12.000 transportistas de la región no están trabajando por la crisis del coronavirus.

Por ello, reclama «ayudas reales y créditos para las empresas», ya que la mayoría de ellas tienen serios problemas de liquidez, ya que el margen de rentabilidad del sector no es muy elevado.

Construcción

182 empresas en ERTE y 1.635 trabajadores afectados

Al contrario de lo que sucedió con la industria, por ejemplo, los 25.000 trabajadores de la construcción que hay en Asturias se vieron obligados a quedarse en casa durante dos semanas. Es un sector golpeado por el coronavirus, con 182 empresas en ERTE y 1.635 trabajadores afectados. Para reactivarlo, el presidente de CAC-Asprocon, Joel García, calcula que, si el Principado pone en marcha licitaciones pendientes y los ayuntamientos de Gijón, Oviedo y Avilés movilizan su remanente y lo destinan a financiar obra pública «se podrían activar más de 200 millones, generar 4.000 empleos directos y, posiblemente, el doble de indirectos».

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