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La multinacional confirma la perforación del crisol, parte clave de la instalación para producir arrabio

Un equipo de expertos del grupo a nivel internacional, que ya ha afrontado casos similares, evaluará su posible recuperación

N. A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Viernes, 24 de marzo 2023, 01:29

Arcelor confirmó ayer la perforación del crisol del horno alto. Más allá del arrabio que salió por una de las toberas, también se agujereó ... esta parte baja de la instalación, de 11,3 metros de diámetro, en la que se recogen los productos fundidos -arrabio y escoria-, que salen al exterior por unos orificios llamados piqueras. Se trata de un elemento clave en este equipamiento industrial en el que se reducen los minerales de hierro. Es el corazón de esta instalación, en la que se introducen en capas alternas, mineral, fundente y cok, además de viento caliente a través de las toberas y carbón pulverizado.

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De este modo, el cok sufre una combustión incompleta mediante la que se desprende del gas CO. Al entrar en contacto con el mineral, se apodera de su oxígeno para formar CO2 y libera el hierro en forma líquida. A la vez, las impurezas del mineral son atrapadas por los fundentes, que forman una escoria líquida que flota sobre el arrabio. Todo queda sobre ese crisol hasta que sale camino de la acerías.

Operarios que trabajan en el horno alto reconocen que un accidente de este tipo es grave, pero más allá de lo aparatoso, su importancia puede tener distintos grados, que ahora serán los que se tengan que cuantificar. Ciertas roturas en el material refractario se consideran, incluso, dentro de la normalidad, de ahí que se cambie cada cierto tiempo. La cuestión es determinar el alcance, que su coste sea asumible y que se encuentre material para repararlo. Recuerdan desde los sindicatos que la construcción de las baterías de cok de Gijón se retrasó más de medio año por la colocación de refractario defectuoso y, después, por el desabastecimiento a nivel global de este. Los bloques de carbono que conforman el crisol no son abundantes en el mercado, apuntan.

Otras explosiones

Para evaluar los daños y su posible solución, los responsables de las plantas asturianas ya han movido ficha y han contactado con la dirección de la multinacional a nivel global. La idea que ahora mismo se baraja es que se desplace hasta Asturias un equipo de intervención que ya ha actuado en casos similares. Se da la circunstancia de que, en julio de 2020, se produjo una explosión en uno de los hornos altos de la planta de ArcelorMittal en Burns Harbor, Indiana (EE UU) y, en diciembre, en la planta de la multinacional de Dofasco, en Hamilton, Canadá, también hubo otro incidente similar. En aquel momento la compañía lo atribuyó a que el arrabio y la escoria entraron en contacto con agua, lo que produjo una serie de erupciones.

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En el caso asturiano, la humedad también parece haber sido la causante de las explosiones, una reacción del hidrógeno por la presencia de agua en el interior del horno. Ayer se estuvieron realizando tareas de refrigeración de la instalación, también de limpieza, de cara a evaluar los daños causados.

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