«Tenemos una industria fuerte, discrepo de la visión catastrofista de algunos»

Reyes Maroto (Medina del Campo, 1973) tuvo un aterrizaje abrupto en el cargo de ministra. Con la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, las competencias de industria volvían a coger fuerza en el esquema del Gobierno, tras años como secundaria en los gabinetes de Mariano Rajoy, pero a la vez el sector anunciaba cierres de empresas y ajustes. En poco tiempo, Alcoa, Cemex, Vestas, Gamesa y La Naval provocaron todo un terremoto laboral con distintas consecuencias. En el caso de la aluminera y su planta de Avilés, no está todo dicho. La ministra de Industria, Comercio y Turismo estará hoy en el Principado para firmar con el Gobierno regional el protocolo para la puesta en marcha de la oficina 'Asturias industrial', con el objetivo de captar inversiones que permitan garantizar la continuidad de la factoría de Alcoa en Avilés e incluso ir más allá. En este marco también se abordarán temas claves que no dependen directamente de su gabinete, pero que son trasversales, como el impacto del proceso de descarbonización o los planes del Ejecutivo para abordar la transición energética.

-Tiene como finalidad el impulso de la reindustrialización y la competitividad de la industria, el fomento del empleo y la sostenibilidad del territorio. Cuando se desencadenó la crisis de Alcoa me comprometí a reunirme con los comités de empresa. Ya estuve en Galicia, y esta tarde veré a los trabajadores de la planta asturiana, porque quiero transmitirles personalmente el apoyo del Gobierno y nuestro compromiso en lograr una solución definitiva que garantice sus puestos de trabajo. Sin duda, una herramienta útil para lograrlo va a ser la oficina que hoy se pone en marcha y donde el Ministerio de Industria va a participar de manera activa.

-Creo que España tiene la suerte de contar con una industria fuerte y competitiva en muchos sectores. Lo digo porque en estos meses al frente del ministerio he tenido la oportunidad de visitar astilleros, fábricas de automoción o plantas químicas y siderúrgicas, por poner algunos ejemplos, y cuando se conoce en el territorio la realidad industrial, se reafirma en la idea de que muchas empresas son punteras a nivel mundial, están adaptándose a los cambios y mantienen su nivel exportador y sus inversiones en innovación. Discrepo de la visión catastrofista que, de manera interesada, se ofrece con frecuencia desde determinadas posiciones políticas.

-Durante siete años de Gobierno del PP no ha habido política industrial. Ni siquiera había Ministerio de Industria. En nueve meses hemos afrontado las decisiones de cierre de tres empresas de capital extranjero radicadas en España, motivadas por diferentes causas, por cierto, no solo los costes energéticos. A base de diálogo y constancia hemos logrado soluciones a problemas estructurales, y esas soluciones que hemos buscado entre todos, administraciones, sindicatos y las propias empresas, van a permitir mantener el tejido productivo y el empleo en las comarcas afectadas que era nuestro compromiso.

-Están valorándose diferentes ofertas. Tenemos que ser prudentes, porque queremos garantizar que el comprador ofrezca un proyecto de futuro para la planta y se mantengan el mayor número de puestos de trabajo.

-Prefiero ser prudente en relación con la búsqueda de inversores para no generar falsas expectativas y trabajar con discreción en la mesa de seguimiento que se creó en febrero y que tiene previsto volver a reunirse el 15 de marzo.

-Siempre he dicho que Alcoa tenía una responsabilidad en la búsqueda de soluciones cuando anunció el cierre de las dos plantas. No ha sido fácil, pero creo que la empresa ha entendido la importancia de una actitud responsable en este asunto, y la firma del acuerdo demuestra su compromiso para dar la mejor salida posible a este asunto.

-Puedo asegurarle que hemos dedicado muchos días y muchas horas a Alcoa, a mediar entre empresa y trabajadores, primero, y a contribuir a facilitar una salida, después. Viajar a Pittsburgh ha estado en mi agenda, como una de las herramientas, pero no la única, hemos trabajado mucho con interlocutores europeos e incluso a nivel diplomático.

-Nosotros trabajamos con la fecha del 30 de junio, que es la que se acordó, y la propia empresa aceptó.

-La gestión de la crisis de Alcoa ha sido muy compleja y hemos ido ganando tiempo. La primera fecha que dio la empresa fue el 15 de noviembre y hoy estamos en el 30 de junio después de un intenso trabajo tanto desde el Ministerio de Industria como también desde Trabajo, a quien quiero agradecer su trabajo. La voluntad del Gobierno es continuar trabajando como lo hemos hecho desde el primer día para dar una solución definitiva a los trabajadores y familias afectados.

-Hemos acordado el trámite de urgencia para agilizar su aprobación.

-Ofrece seguridad jurídica en cuanto a costes energéticos. No hay nuevos presupuestos, pero contamos con unos sobre los que pueden hacerse ajustes para dotar de recursos al Estatuto.

-El pacto de Estado requiere voluntad real por parte de todos. Como todos los acuerdos de este tipo, está sujeto a debate, pero en este momento algunas formaciones políticas prefieren alimentar la crispación y alimentarse del ruido preelectoral en lugar de sentarse a dialogar sobre lo realmente importante. El rechazo a los Presupuestos, que eran buenos para España y buenos para la industria, es el mejor ejemplo de lo que digo. La industria es política de Estado, así lo creemos en el Gobierno que lidera Pedro Sánchez, y no puede estar condicionada a intereses partidistas o electoralistas.

-Forma parte de las directrices generales de las que informé el pasado viernes en Consejo de Ministros. Planteamos una hoja de ruta apoyada en tres vectores: un pacto de Estado por la industria, una nueva ley -porque la que está en vigor data de 1992- y una estrategia de política industrial para España, con el horizonte de 2030. Queremos que la ley adapte el actual marco regulatorio a los nuevos retos de digitalización y descarbonización, y a la vez actualizará la regulación sobre calidad y seguridad industrial y reducirá las cargas administrativas, favoreciendo una mayor coordinación con las comunidades autónomas.

-Siempre aplico una mirada positiva, y por eso lo que veo en foros internacionales y hablando con inversores extranjeros es el interés por seguir apostando por nuestro país, que está entre los diez primeros del mundo en recepción de inversiones. Esa es la realidad.

-La industria española está en condiciones de mantener el liderazgo, y de hecho hace tiempo que han iniciado su adaptación, y no solo a los que vienen por la reducción de emisiones, también porque vivimos en un mundo global. Otros países están fabricando vehículos de bajas emisiones y han aumentado su competitividad. El trasvase de la producción a Asia puede provocar cambios importantes que empiezan a afectar a Europa. Por eso el Gobierno de España está alineado con las políticas de la Unión Europea.

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