«No hay tratamiento nutricional específico contra el COVID-19»
Lorenzo Barrientos, vicepresidente del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas del Principado de Asturias ·
Aunque la población quiere hallar lo que sea que ayude a prevenir el virus, lo único fiable es asumir la dieta mediterránea y reducir el tamaño de las racionesJESSICA M. PUGA
Jueves, 2 de abril 2020, 12:15
Las consultas de los dietistas-nutricionistas reciben desde que empezó el confinamiento dudas específicas respecto al coronavirus. El avilesino Lorenzo Barrientos, vicepresidente del colegio profesional de Asturias, resuelve aquí dudas, hace recomendaciones y acaba con los bulos más habituales.
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-¿Ha aumentado el número de consultas estos días?
-De momento no. Pero las que teníamos, hablo en plural porque es algo comentado entre los compañeros, se han mantenido. La primera semana de confinamiento tuve un 85% de asistencia a los controles de seguimiento, que ahora son por vía telemática.
-¿Le han planteado dudas puntuales por lo que está pasando?
-Sí, podríamos hablar de dos grupos: los que quieren saber cómo modificar su alimentación y los que plantean dudas que en muchas ocasiones tienen que ver más con mitos que con hechos. Ante esto, insisto en que es esencial preguntar a profesionales para diferenciar lo que es información de lo que no. Los dietistas-nutricionistas somos como megáfonos que transmiten conocimientos que salen de la evidencia científica a la población.
-¿Cómo adaptar la alimentación a la situación? Aunque luego cada persona sea un mundo...
-Individualizar es fundamental; en materia de alimentación, hay que atender a cada paciente en función de sus características, estado fisiológico y objetivos. En términos generales de prevención ante el coronavirus, las recomendaciones en cuanto a alimentación son las mismas que debe seguir la población general en situación de normalidad: una dieta saludable. No hay más.
-¿Y eso qué quiere decir?
-Hablamos de seguir un patrón mediterráneo, aquel basado en ingerir alimentos de origen vegetal, o sea, frutas, hortalizas, legumbres, cereales en su versión integral, frutos secos y grasas saludables, aquí representadas por el aceite de oliva virgen. Y también ingerir, aunque con control, alimentos de origen animal, o sea, carnes magras y rojas, lácteos y derivados sin azucarar, huevos y mariscos. Otro aspecto importante es la hidratación: recalcar que la fuente principal debe ser el agua, aunque incluir determinados caldos, tés e infusiones sea interesante.
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-La gran preocupación ahora es engordar. ¿Cómo controlarlo?
-No basta solo con comer saludable, sino que hay que controlar la ingesta porque somos más sedentarios y, por tanto, nuestro gasto energético es menor. Aunque aquí habría que volver a la individualización.
-¿Y en los casos en los que se ve la nevera como salvoconducto, qué se puede picar? ¿O es mejor entretenerse con otra cosa?
-Nunca hay que engañar al cuerpo, sino hacer buenas selecciones. Por ejemplo, fuentes proteicas de alto valor biológico nos van a aportar saciedad, igual que los cereales y las féculas. En referencia a 'snacks' saludables, mencionar el chocolate puro del 85% en adelante y la fruta fresca.
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-La dieta se complica cuando hay que mirar para la familia. ¿Qué hacer?
-Planificar y consensuar para optimizar la compra; que todas las comidas que se vayan a hacer en casa estén habladas y entendidas, porque hay que adaptarse a una situación extraordinaria.
-¿Qué mitos son los que más ha tenido que desmentir?
-Que aumentar el consumo de probióticos, vitaminas C, A y B12, minerales como cobre, hierro y zinc, puede ayudar a prevenir la infección. Son bulos sin base científica. Hay que dejar claro que ahora no hay ningún tratamiento nutricional específico para infectados ni recomendaciones concretas en materia de prevención.
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