Punto de encuentro La Madreña

Es una casa de comidas, dice Ángeles con énfasis. De comidas y bebidas, que hay variedad de caldos y espiritosos. Además se ubica en la calle de la Ferrería, hondura y esencia avilesina, y su marco interior no desmerece del exterior: la piedra alisa la entrada para descubrirse dentro, irregular y severa, en los dos veces centenarios tabiques. También participa la madera en la barra, en la alacena y en la chimenea, adivinándose que fueron puertas, vigas y talameras felizmente rescatadas y reutilizadas de algún hórreo ruinoso. O del propio local, que aquí hubo una tienda de madreñas. El nombre no lo lleva al albur, y se refuerza con artesanías e imágenes, de la escarpia sobre el tronco de haya o castaño al 'Madreñogiro' de Pinín.

Largo y profundo de trazo, la entrada se reserva a vinos y tapas, y el resto lo ocupa el coqueto comedor donde se sirven una carta y menús de la casa según día y mercado. Disponemos de ensaladas imaginativas, sartenes variadas, sanísimo pote de lombarda, carrilleras a punto de caramelo, carne guisada, lentejas con chorizo, cocido de garbanzos, patatinas con pescado, chipirones en tinta, merluza en salsa, alcachofas en tempura, bacaladas rebozadas, solomillo, menestra, setas al ajillo, bacalao a la vizcaína y etcétera. Sábados y domingos se reservan para una celebración asturiana incuestionable y rotunda: de primero fabada o pote, de segundo cachopo o callos y de tercero requesón o arroz con leche; siempre en cantidades antiguas y a precio antiguo.

Ángeles dió sus actuales contenidos a La Madreña hace seis años. Pero comenzó mucho antes la dedicación. Hija de padres extremeños, nació en Avilés y creció en Illas. Casada joven, tuvo dos hijos y aprendió a cocinar por herencia materna e influencia de su hermana, propietaria de restaurante. Tiempo después se hizo cartera de aldeas hasta que, en Parqueastur, le ofrecieron trabajo en la conocida franquicia 'Cañas y tapas'. «Entré de ayudante y acabé de encargada; y puesto que me ejercité en trabajar cara al público, decidí abrir una vinatería en la calle Cabruñana, mi calle natal, bajo el rótulo 'Punto de encuentro'. Comencé con tapas y acabé preparando platos fuertes, por lo que decidí coger La Madreña y revitalizarla como Punto de encuentro La Madreña ayudada por Marta, mi mano derecha», explica Ángeles. Y el comensal, ahora, siente el gusto y regusto familiar.

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