La monarquía británica fomentará «la diversidad» tras las acusaciones de racismo de Meghan Markle

Desde que Meghan Markle confesara públicamente que un miembro de la familia real había mostrado «preocupación» por el color de piel que tendría su hijo Archie, las acusaciones de racismo penden sobre la Casa Real británica y han obligado a la institución a replantearse su propios políticas al respecto.

La monarquía del Reino Unido ha anunciado ahora que revisará su normativa interna para fomentar «la diversidad» entre sus empleados, a fin de ampliar la representación de las minorías, según ha informado la BBC citando a fuentes de palacio.

Según la cadena pública, la familia real, encabezada por la reina Isabel II, apoya la iniciativa, que incluye el posible nombramiento de un «jefe de diversidad» que se aseguraría de que se cumplen los objetivos en los palacios de Buckingham, Kensington y Clarence House.

Las mismas fuentes sostiene que, aunque ya existen medidas al respecto, «no se ha visto el progreso deseado». El príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, señaló días después de la emisión dekle y su hermano Harry que su familia «no es para nada racista».

Es todavía una incógnita quien cuestionó el color de piel del pequeño Archie pero la pareja ha aclarado que no se trata de Isabel II ni de su esposo, Felipe, de 94 y 99 años de edad, respectivamente. En un comunicado oficial, la monarquía sostiene que, «aunque los recuerdos pueden variar», se toma el asunto del presunto racismo «seriamente» y resolverá en privado lo ocurrido.