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Los bomberos sofocan el incendio en un contenedor de Casimiro Velasco en diciembre pasado. E. C.

171 contenedores quemados en 2023 supusieron 148.000 euros de pérdidas

Los incendios, la inmensa mayoría intencionados, obra de pirómanos, aumentaron un 40% el pasado año

Olaya Suárez

Gijón

Lunes, 18 de marzo 2024, 01:00

Se trata de una lacra que no cesa. Incluso va a más. El año pasado ardieron 171 contenedores de basura y reciclaje. La inmensa mayoría son sabotajes, obra de personas con tendencias pirómanas que en los últimos años están provocando una auténtica sangría en la ciudad. Solo los costes de estos incendios en 2023 supusieron unas pérdidas de unos 148.000 euros para las arcas municipales. No son solo daños materiales. A ello hay que sumar la mano de obra por la retirada y la reposición y también el perjuicio ocasionado al Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, cuyas salidas para este tipo de intervenciones suponen destinar tiempo y efectivos en detrimento de otras tareas. Y también los daños de vehículos o mobiliario alcanzado por las llamas.

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Las 171 quemas de contenedores del año pasado supusieron medio centenar más que los de 2022, cuando ascendieron a unos 122. Esto se traduce en un aumento del 40% aproximadamente. Las quemas intencionadas siguen la mayoría el mismo patrón: se registran durante las tardes o primera hora de la noche. Las zonas más afectadas en los últimos meses han sido Laviada, El Llano y Pumarín.

  • 2023 Hubo 171 incendios en otros tantos contenedores.

  • 2022 Hubo 122 incendios.

  • Pirómanos La mayoría son obra de personas con alteraciones psiquiátricas.

  • Coste Cada uno tiene un coste cercano a mil euros.

La Policía Nacional ha detenido en varias ocasiones a un vecino de la carretera Vizcaína que habría incendiado en torno a un centenar de depósitos y al que le atribuyen numerosos sabotajes. También a otro residente en La Calzada que ha dejado una estela de daños y desperfectos en los últimos años. En ambos casos se trata de pirómanos y otros cuadros psiquiátricos asociados que no llegan a ingresar ni en prisión ni un centro de salud mental, por lo que vuelven a la calle y por lo tanto a las andadas.

En la inmensa mayoría de los incendios de este tipo de elementos están detrás los pirómanos, aunque hay casos de sabotajes que se producen de madrugada por jóvenes mayormente que regresan a casa después de una noche de copas.

Cada unidad, casi mil euros

Emulsa dispone en El Cerillero de una explanada de unos 11.000 metros cuadrados donde almacena cientos de contenedores. Cada unidad quemada se sustituye en el mismo día y tiene un coste cercano a mil euros. La rapidez en el servicio para la sustitución tiene como objetivo que los sabotajes no interfieran en el servicio ciudadano de la recogida de la basura y evitar así que se acumulen desperdicios en otros depósitos.

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