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Desmonte para la ampliación de la cementera Tudela Veguín en Aboño en una imagen de 2010.

El Puerto pagó 1.051.560 euros a Tudela Veguín por la compra de 26 fincas

El precio acordado fue de seis euros por metro cuadrado y se preveía la permuta de terrenos por otros de interés para la cementera

M. MENÉNDEZ

Lunes, 20 de julio 2015, 00:18

La Autoridad Portuaria de Gijón compró a Tudela Veguín 26 fincas ubicadas en el Alto Aboño, por las que pagó 1.051.560 euros, en diciembre de 2005. Esta compra se formalizó en virtud de un acuerdo alcanzado por ambas partes un mes antes en el que se reflejaba que el Puerto «está interesado en la adquisición de las parcelas tanto para la extracción de material de relleno para la obra ampliación del Puerto de Gijón como para la preparación del terreno al objeto de ampliar la zona de servicio del mismo puerto, a cuyo efecto ha elaborado y aprobado una propuesta de modificación del Plan de utilización de Espacios Portuarios del Puerto de Gijón».

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El precio acordado por estas fincas fue de 6 euros por metro cuadrado, aunque alguna de ellas podrían ser permutada «por otras situadas fuera del alcance de su proyecto, pero que resulten de utilidad para Tudela Veguín».

Este acuerdo incluía, además, que la Autoridad Portuaria de Gijón, «directa o indirectamente», iniciaría las labores de acondicionamiento y extracción del material de relleno con prioridad en media docena de fincas propiedad de la cementera, «de tal manera que queden al mismo nivel que la superficie que resulte de preparar los terrenos adquiridos para la ampliación de la zona de servicio del Puerto de Gijón».

Es precisamente la inclusión de que esa obra la acometería «directa o indirectamente» el Puerto lo que implicó en esta operación a la UTE Dique Torres, pues al final fue quien acometió la explanación. Pero solo en lo referente a las fincas propiedad de la cementera, ya que el resto de la operación fue paralizada en los tribunales, después de que el Ayuntamiento de Carreño pidiera la nulidad del plan de usos portuarios. Y le dieron la razón, aunque para alcanzar su objetivo el ayuntamiento tuvo que llegar hasta el Tribunal Supremo.

Por tanto, la compra de esas fincas, así como la expropiación de otras muchas, resultó totalmente baldía para el proyecto de ampliación de El Musel.

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