Toribio: «Si por mí fuera el área central de Asturias tendría gestión unificada»

«El localismo vale para hacer bromas después de un partido, pero si por mí fuera todo el área metropolitana central de Asturias - la conurbación de Gijón, Oviedo, Avilés y las cuencas- estarían gestionados por un único ente». Así de rotundo se pronunció ayer el decano del Colegio de Arquitectos de Asturias, Alfonso Toribio, en el programa 'La Lupa', de Canal 10, preguntado por la fuerte contestación interna que ha tenido su plan para centralizar la actividad colegial en Oviedo y alquilar la mayor parte de la sede de Gijón. Un conflicto que le ha obligado a someter su gestión al frente de la organización colegial a una moción de confianza salvada por solo cuatro votos.

Toribio defendió que la propuesta de su equipo, retirada del orden del día de la asamblea del pasado mes de diciembre, solo pretendía «rentabilizar patrimonio ocioso y sin uso útil» propiedad del Colegio y avanzar en una decisión parecida a la que han aplicado con éxito ya otras ciudades como Gerona, Lérida, Barcelona y Alicante, donde se han alquilado plantas de sus sedes y se han cerrado subsedes, para aliviar la carga económica sobre los colegiados.

Explicó que los espacios de la sede de Cimadevilla ofrece mayores ventajas para su arrendamiento en el mercado inmobiliario que la de Oviedo al admitir más usos como los hosteleros. No obstante, también indicó que su junta de gobierno no está cerrada a la posibilidad de alquilar una planta en la sede de la capital para usos terciarios (oficinas).

Considera el decano que en el conflicto de las sedes «es un poco visceral», ya que no visualiza un núcleo de oposición claro que pueda ofrecer una alternativa a su mandato, que concluye en mayo. No obstante, también lo disculpa en parte porque «la gente lo está pasando muy mal. Hay poquísimo trabajo y a casi nadie le da para vivir. Hemos llegado a una situación en que se pagan unos precios a los profesionales que no llegan al coste de un trabajo bien hecho».

Tarjeta sanitaria y 'ley Guindos'

Se comprometió a terminar lo que le resta de mandato en «un clima de unión y funcionamiento armónico» y tendió la mano para aprobar el presupuesto de 2016 tras la reducción del déficit colegial a la mitad en un año. Además reivindicó la gestión de estos cinco años y medio de decano con éxitos como la consecución de la tarjeta sanitaria y la conservación de competencias al no prosperar la ley de servicios de Guindos. Su último reto, antes de marcharse, es rematar un pliego de condiciones para la contratación de trabajos arquitectónicos consensuado con el Principado.