Un acuario junto al Piles

La idea era de «un veterano y querido gijonés, ejemplo vivo y meritísimo de amor al trabajo y de entusiasmo por la ciudad»: ¿Por qué no complementar el nuevo parque de Isabel la Católica, trazado hacía cinco años, con la colocación de un acuario? Tal día como hoy, pero de hace 75 años, lo propusimos en estas páginas sin nombrar al iniciador de la idea, «por no herir su modestia». A la ribera del río que desemboca en San Lorenzo, el nombre del complejo propuesto estaba claro. «El Acuario del Piles se nos ofrece como el complemento lógico y natural de la construcción de ese gran Parque de Isabel la Católica, cuyas obras están en marcha y cuyo arbolado, el único que en estos tiempos hemos visto traer a la ciudad, donde tantos árboles se quitaron, hay el proyecto de talar».

El acuario se situaría, en la idea del gijonés anónimo, «antiguo munícipe», a la entrada del parque, a modo y uso del que hubo en la Feria de Muestras y Exposición Agropecuaria. «Aquello que atraía, juntamente, el interés de los visitantes, puede ser llevado también al parque, dándole ahí un sentido de la permanencia, que en la Feria de Muestras no llegó a tener». Allí, cerca del puente del Piles, hubiera sido el lugar propicio para un proyecto que nunca se llegó a realizar. Dijimos: «El hecho de tener allí a mano el agua del río y también la del mar, permitirá hacer una cosa amplia, que abarque a muy diversas clases de ejemplares».

«Pero no vamos a entrar en detalles de esto. La idea -que, volvemos a decirlo- no es nuestra, queda ahí para que la recojan los elementos indicados u otros análogos».

No pudo ser en aquella ocasión pero, al final, sí tuvimos acuario en la ciudad, aunque no pudiera verlo aquel misterioso impulsor. ¿Pistas? Las que dio EL COMERCIO: la ciudad a la que se prodigaba «muestra lo mismo en el terreno de la producción, con capitanes de industria animosos y llenos de tesón», como el interfecto. Gijón, «por su población trabajadora, por sus condiciones como pueblo industrial y como ciudad veraniega, por su puerto y su campiña tan rica y hermosa, merece ser aún mucho más de lo que ahora es».