Una caída de tensión en las baterías de cok de Arcelor provoca una nube de contaminación

Una densa nube negra procedente de las instalaciones de Arcelor alarmó en la mañana de ayer a muchos gijoneses, si bien parece que oficialmente no provocó picos de contaminación en la ciudad ni riesgo para la salud de los vecinos. Al menos, así lo indicaron ayer el concejal de Medio Ambiente, Aurelio Martín, y la directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Paz Orviz.

El incidente tuvo lugar a las 9.10 horas, aunque la correspondiente comunicación al Ayuntamiento y al Principado no se produjo hasta las 10.20 horas. Según el informe elaborado ayer por Arcelor, se produjo «una emisión de gas bruto tras el fallo de la exhaustora (aspirador) número 3» de las nuevas baterías de cok. Todo ocurrió cuando la instalación evacuaba el gas y se originó una «pérdida de una señal de tensión de 6kv, lo que provocó la parada de la exhaustora». Las antorchas entraron en acción como mecanismo de seguridad para evitar sobrepresiones en el horno y quemar el gas, pero Arcelor apunta que «uno de los elementos críticos a regular y ajustar durante las maniobras de arranque de la instalación es la presión de la red de evacuación de gas y el tiempo de retardo para la apertura de las antorchas» y de ahí la emisión difusa de gas bruto durante un tiempo que todavía no ha podido ser determinado.

Además, la siderúrgica asegura que, en cuanto a la calidad del aire en la zona, «una vez revisados los datos de las estaciones más próximas a las baterías de cok no se observa influencia significativa sobre las mismas».

Aurelio Martín ratificó que las lecturas de las estaciones de control de calidad del aire del Principado y del Ayuntamiento daban unas lecturas «que son correctas, como cualquier otro día». Eso sí, reconoció la incertidumbre creada, pero matizó que «no ha sido un problema real de contaminación para la población cercana». No obstante, dada la preocupación surgida entre los ciudadanos, defendió que para reducirla es precisa «una información lo más transparente posible, donde la empresa dice qué ha pasado y se acompañe con todos los datos de medición» de calidad del aire.

Fue por eso por lo que reclamaron de Arcelor que el informe que debería elaborar en 24 horas lo adelantara lo máximo posible. Al final, lo envió a las autoridades a las cuatro de la tarde.

Paz Orviz indicó que la comunicación del incidente «no nos llegó hasta las 10.20 horas», aunque no entró a valorar si supuso mucho retraso o no. Lo que sí quiere saber el Principado es el tiempo que duró la emisión de gases y «tendremos que pedir información a la empresa, porque desconozco si fueron unos segundos o unos minutos».

El Principado abrirá un expediente sobre este incidente para «ver si la empresa actuó con diligencia». «Si entendemos que ha sido algo accidental, un imponderable imprevisto, no tendría por qué dar lugar a una sanción. Pero lo vamos a ver, porque la información que nos ha dado Arcelor es muy escueta».

Por otro lado, José Luis Rodríguez, responsable de medio ambiente en la Federación de Asociaciones de Vecinos, se mostró muy crítico con el Principado porque «ponen en duda la contaminación y el problema más grave de Gijón es la contaminación del aire. Hay 100.000 personas en la zona oeste que están afectadas directamente por la polución y, a la postre, todo Gijón», apostilló. Además, acusa a las industrias de ser las principales responsables de la contaminación en la ciudad.