La cancelación de la Feria de Muestras implicará una caída del 0,5% del PIB regional

La cancelación de la Feria Internacional de Muestras de Asturias tendrá un implicación directa en el PIB regional. Su prohibición, anunciada por el Principado el pasado martes al considerarla una cita «de alto riesgo», implicará una caída de cerca del 0,5% del Producto Interior Bruto de la región, un impacto económico de cien millones de euros. Así lo aseguró esta mañana el presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Félix Baragaño, durante un encuentro con medios en el que tanto él como el director de actividad ferial, Álvaro Alonso; el vicepresidente, Pedro López Ferrer, y la vicepresidenta, Rosa Martínez analizaron los efectos de la cancelación.

«Es un momento difícil», reconoció Félix Baragaño nada más entrar al salón de plenos de la Cámara de Comercio. El presidente cameral recordó que esta cita lleva 55 años celebrándose de forma ininterrumpida y aseguró que desde la institución que preside «siempre tuvimos claro que había que hacer el máximo esfuerzo para que la Feria se celebrase». Si bien se manifestó de acuerdo con la defensa de la salud que el presidente del Principado, Adrián Barbón, ha venido realizando, matizó su postura. «No vimos contradicción entre preservar la salud y desarrollar la actividad económica; creímos que garantizar la salud podría ser compatible con la realización de una feria que se había esforzado por cumplir todos los protocolos», defendió. Dadas las circunstancias, dijo, «mostramos nuestro pesar por la decisión, que como no podía ser de otra manera, la Cámara acata».

Baragaño recordó que la Cámara de Comercio presentó un plan de contingencia que no solo cumplía con la normativa, sino que era aún más exigente. Sin embargo, una vez asumido que la Feria no podrá celebrarse procedió a trasladar la decisión a los expositores, «terminando así con un tiempo de espera demasiado largo». «Hemos garantizado la devolución del canon y agradecemos su fidelidad y su paciencia por estas últimas semanas de gran incertidumbre». La cancelación de la Feria tendrá también un importante impacto en las cuentas de la Cámara, que obtenía aproximadamente la mitad de sus ingresos, es decir, cerca de 3 millones de euros, de esta cita. Sin embargo, garantizó su presidente, «en ningún caso está en cuestión la viabilidad de la Cámara». Es más que probable, eso sí, que se vea abocada a un expediente temporal de regulación de empleo que afectará a sus setenta trabajadores, aunque dependerá de cómo se desarrolle el resto del año.

Asumida esta dura decisión, la Cámara mira ahora al futuro más próximo y trata de paliar la situación de los sectores especialmente afectados por la cancelación de la Fidma. Así, trabaja en un plan de contigencia que presentará al Principado mañana o pasado para tratar de conseguir el visto bueno para la celebración de sendos certámenes que tendrán lugar en fechas sucesivas: uno del mueble-hogar, que tendría lugar del 7 al 11 de agosto, y otro del automóvil, del 13 al 18 de agosto. Serán, especificó Alvaro Ordás, «ferias muy profesionales, para nada generalistas que tendrán un aforo máximo de entre 900 y 1.200 personas».