«Vale más cantar que ser jurado; lo hacen con el corazón y lo tenemos dificilísimo»

Mucho público acudió ayer a la plaza Mayor para disfrutar de la segunda final del 40 Concurso de la Canción Asturiana, organizado por EL COMERCIO y Divertia Festejos, en colaboración con Caja Rural de Gijón. Y pudieron disfrutar de verdaderos torrentes de voz que dejaron a la canción asturiana en un nivel muy alto. Especialmente aclamadas fueron las intervenciones de Celestino Rozada (Llanes) y Álvaro Fernández (Cantabria), mientras en categoría femenina Cristina Sánchez y Liliana Castañón también fueron muy aplaudidas. Pero esto no quiere decir nada, pues cuentan también las actuaciones de la primera final, celebrada el pasado domingo, en el Tendayu.

En la plaza Mayor se pudieron escuchar canciones en las que los intérpretes tuvieron que dar lo mejor de sí, como 'Cuando Dios fixo la vida', 'Tuve en la esfueya', 'Por debaxu del puente', 'Voy vender todes les vaques', 'Despierta bella aldeana', 'Arboleda bien plantada', 'Playina la de Xixón', 'Soy asturianina' y otras más. Muchas de ellas fueran interpretadas con la compañía de la gaitera oficial del concurso, Belén Arboleya. Además, como adelanto al concurso, el público pudo disfrutar de una magistral interpretación de la 'Jota del centro', con Aitor García a la gaita y Xuacu Areces al tambor.

Mañana se publicará en estas páginas la clasificación final del concurso. A buen seguro que el jurado -compuesto por Arsenio Miguel Fernández Nespral, Jesusa Fernández 'Chucha de Nembra' y Avelino Fernández Corte- deberá hilar fino. El primero de ellos indica que «el nivel del concurso es muy bueno. La verdad es que lo tenemos difícil para el fallo final, porque las puntuaciones están muy aproximadas. Incluso, para pasar a la final llegó a haber un empate».

Avelino Fernández Corte reconoce que «difícil no, dificilísimo, porque hay muchos buenos», al tiempo 'Chucha de Nembra' apunta que «vale más cantar que ser jurado». Eso sí, tienen claro que «lo hay que hacer con el corazón en la mano, que la conciencia quede tranquila».

La canción asturiana fue tradicionalmente un mundo casi exclusivo de hombres, pero la cosa está cambiando. «Hay una serie de cantantes muy buenos, pero está mejor la categoría femenina, con un nivel altísimo. Sorprende sobre todo el nivel de las mujeres. No se sabe por qué, pero es una generación que surgió así», explica Fernández Nespral.

Pero, ¿en qué se fija el jurado? «Fundamentalmente, en que el cantante se aproxime lo máximo posible a la canción original, pero siempre dando su impronta personal», apunta Fernández Nespral. Y es que el peligro es que «se vulgarice, porque a partir del original se intentan hacer cosas nuevas y se puede vulgarizar».

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