Fallece a los 78 años la primera jefa del servicio de farmacia de Cabueñes

Carmen Irene González Dorrego, más conocida como 'Katara', jefa del servicio de farmacia del Hospital de Cabueñes hasta su jubilación, en 2008, falleció ayer a los 78 años. Gallega de nacimiento (de Neira, Lugo) y miembro de una familia de farmacéuticos, recaló en Gijón a finales de los 60 procedente del departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Santiago. Logró por oposición la jefatura del servicio de farmacia, que dirigió durante casi cuatro décadas «ganándose el respeto de todos» y entregándose en cuerpo y alma.

Esta mujer «pionera e innovadora», «cariñosa y entregada», «inteligente y muy trabajadora», a decir de quienes trabajaron a su lado, fue también la encargada de formar a muchos de los hoy responsables de los servicios de farmacia de los hospitales asturianos dentro del programa FIR (farmacéuticos internos residentes). Entre ellos se encuentra la directora de la unidad de gestión clínica de farmacia del HUCA, Ana Lozano, o quien fue su sucesora en Cabueñes, Soledad F. Nebrera, que fue además la primera residente del servicio en 1989. «Los que nos formamos en Cabueñes, gracias a ella tenemos una formación distinta, porque era muy práctica, y unos valores especiales. Nos inculcó su amor por el trabajo», destaca Nebrera.

A ella le dio, en el momento del relevo, dos valiosos consejos que ha intentando respetar siempre: «tratar a todo el mundo por igual y estar muy pendiente del personal». Esa gran familia de farmacéuticos que se formó al abrigo del servicio de Cabueñes volvió a reunirse a los 25 y los 30 años del inicio del FIR en sendas celebraciones en las que no faltó 'Katara', «el alma máter de las fiestas», según la recuerda su discípula y amiga.

Con González Dorrego al frente, el servicio de farmacia de Cabueñes experimentó un cambio sustancial hacia su modernización y profesionalización. «Fue ella quien estableció el sistema de dispensación en dosis unitarias, en su época empezaron también los tratamientos para el VIH, los medicamentos para quimioterapia o la sección para dispensar medicamentos de uso hospitalario». Cuando se jubiló, hace trece años, el servicio contaba con cinco farmacéuticos. Hoy son diez, más cuatro residentes, y su actividad también se ha duplicado, atendiendo a casi 4.000 pacientes.