«Si llegan a estar los niños habría sido una desgracia»

Por suerte fue por la noche y no había nadie en la clase». Era ayer la frase más repetida en el patio del colegio Rey Pelayo, donde los alumnos y sus familiares se iban enterando del derrumbe de la clase de Primero de Infantil a medida que iban llegando al centro e primera hora de la mañana. El hecho de que la dirección se percatase de los graves desperfectos al acudir a las 8 de la mañana para el servicio de atención temprana, imposibilitó que pudieran avisar a las familias para que no llevasen a los niños al colegio.

«Me enteré justo cuando llegué y tuve que ir corriendo a dejar a la niña con los abuelos porque llegaba tarde a trabajar, fue todo muy rápido para buscar otro plan, pero por suerte viven aquí cerca y lo pudimos solucionar rápido... Si llegan a estar en clase habría una desgracia tremenda», comentaba Lorena Álvarez, madre de una alumna de Primaria.

Otras familias no pudieron organizar la logística con los pequeños en tan poco tiempo y se vieron obligados a dejar a los niños en el patio del colegio, en una zona segura y bajo supervisión del equipo docente. «Los alumnos que por causas laborales de los padres tuvieron que quedarse en el colegio estuvieron en el patio a cargo de varios profesores. Sobre las 10 de la mañana todos los escolares habían abandonado el centro, explicaba Carla Gallego, presidenta de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del colegio Rey Pelayo, que mostraba su alivio «por que el suceso se haya producido durante la noche y no hubiese nadie allí».

Desde el AMPA mantuvieron a lo largo de toda la mañana contacto con la dirección del centro para ir conociendo de primera mano las novedades que se iban sucediendo. Les comunicaban a primera hora que las clases quedaban suspendidas ayer y en las horas siguientes les explicaban que «por seguridad» el colegio estaría también clausurado hoy. «Esperamos noticias para saber dónde serán realojados los alumnos», explicaban desde la asociación.

Será la consejería de Educación la que determine el centro al que serán trasladados los 200 alumnos hasta que puedan regresar una vez que los técnicos evalúen el estado integral de las instalaciones y concreten si existen daños en otras aulas o zonas comunes. La intención es que el alumnado pueda retomar las clases el lunes, para facilitar la conciliación de las familias y también para avanzar en el curso lectivo. El colegio Asturias se ha ofrecido a recibir alumnos.

La directora del colegio afectado, Pilar Álvarez, trasladaba un mensaje de tranquilidad a las familias. «Es más aparatoso que peligroso, pero por seguridad se ha decidido suspender las clases. Por suerte ocurrió durante la noche, no hay que lamentar daños personales que es lo que más nos preocupaba», señaló. «Hemos tenido el apoyo de las familias, que han entendido perfectamente que ha sido un accidente y no se puede abrir el centro», añadió.

La clase en la que se produjo el incidente acoge a los alumnos más pequeños del centro educativo, los de 3 años de Primero de Infantil que llegaron al colegio el pasado mes de septiembre. Se trata de diez niños a los que la profesora les explicará, una vez que se retomen las clases en otras instalaciones, que el aula sufrió un accidente y que por el momento, hasta que sea sometida a una reforma, no podrán volver a ella. «Son muy pequeños y no se han enterado muy bien lo que pasaba, sabía que tenían que volver a casa porque había problema, pero tampoco preguntaron mucho, los más mayores sí que saben lo que pasó y estaban un poco más asustados por lo que pudo haber pasado», comentaban profesores.

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