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Estado en el que quedó el aula de 3 años del colegio Rey Pelayo tras al derrumbe del suelo de madrugada. D. ARIENZA
Hundimiento en el colegio de Gijón

El hundimiento de un aula del Rey Pelayo obliga a desalojar a 200 alumnos

Suatea y CSI denuncian el «estado lamentable» del centro, que hace un año fue objeto de una inspección «por las grietas» de las que alertó el profesorado

OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Viernes, 13 de enero 2023, 03:56

Milagro en el colegio Rey Pelayo. El suelo de una de las aulas del ciclo de Infantil de la planta baja sufría un hundimiento total de madrugada. Los niños y el profesorado esquivaban la desgracia por cuestión de horas. Las alarmas saltaron a las 8 de la mañana con la llegada de los primeros docentes al centro para ocuparse del servicio de atención temprana. Comprobaron que una de las clases estaba completamente destrozada. El aula había sufrido un desplome total del forjado sanitario, la cámara de aire por la que discurren los canalizaciones, de aproximadamente un metro y medio de altura.

Hasta el colegio público ubicado en la avenida de la Constitución se trasladaban de inmediato los bomberos y la Policía Local. Se procedió a desalojar al poco personal que se encontraba en las instalaciones y se ordenó clausurar el colegio hasta nuevo aviso. Las familias de los 200 alumnos se iban enterando de lo ocurrido a su llegada para el inicio de las clases a las 9 de la mañana. La mayoría regresó con los adultos que les habían acompañado como cada mañana. La premura hizo que un grupo de niños tuviera que quedarse en el patio del colegio, a cargo del profesorado, hasta que otros familiares o allegados se organizasen para recogerles.

«No ha habido peligro en ningún momento», aseguraba la directora, Pilar Álvarez. «Se ha quedado en un susto, muy gordo, pero un susto», remarcaba. En la mente de toda la comunidad educativa resonaba el grave accidente que se producía hace justo un año en otro colegio, el San Vicente Paúl, donde murieron dos obreros al desplomarse el techo de un aula en el que cambiaban el pladur del falso techo.

Galería. Derrumbe en el colegio Rey Pelayo

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Galería. Derrumbe en el colegio Rey Pelayo Damián Arienza

Al igual que ocurrió con el siniestro en el colegio San Vicente, el derrumbe de ayer obligará a realojar a los 200 alumnos del Rey Pelayo en otros centros educativos cercanos. Hoy no habrá clase y la consejería de Educación trabaja para que el lunes los alumnos puedan retomar las clases en otras instalaciones para garantizar su seguridad. Los informes de los técnicos municipales no estarán listos hasta dentro de tres semanas, por lo que, según señaló la propia alcaldesa, Ana González, durante ese tiempo los estudiantes acudirán a otros colegios, aún sin determinar. El siniestro, apuntó la regidora, se produjo de forma sorpresiva, sin que hubiera nada que pudiera predecirlo. Sin embargo, el sindicato Suatea califica la situación del colegio Rey Pelayo de «lamentable» y alerta de «las graves deficiencias que presenta».

«Tal situación era conocida por los organismos pertinentes, tanto que a comienzos del año pasado el equipo técnico del ayuntamiento, responsable del mantenimiento de los centros educativos, acudió al colegio para observar su estado, dijeron que tomaban nota, pero poco se actuó, ya que el centro está igual que estaba». «No nos vale que los responsables pertinentes acudan hoy y lamenten lo ocurrido, hay que actuar con contundencia y exigir responsabilidades, la administración tiene que ser garante de la conservación y mantenimiento de las infraestructuras de la escuela pública asturiana», añaden.

Vídeo. La consejera de Educación, Lydia Espina, y la alcaldesa de Gijón, visitaron el centro educativo.

También el sindicato CSI lamentó «la inacción de las instituciones ante un problema que viene de lejos y era claramente perceptible». «Hace más dos años que la estructura del colegio está agrietada y con desperfectos más que evidentes que dieron lugar a la colocación de una red para evitar la caída de cascotes al patio. Sin embargo, los técnicos municipales emitieron informes en los que se aseguraba que no había daños estructurales, haciendo gala de una falta de previsión negligente», aseguran. «La consejería de Educación miró hacia otro lado, ignorando los más que evidentes riesgos existentes para el profesorado, personal no docente, alumnado y familias», abundan.

El colegio Rey Pelayo fue inaugurado en 1968, cuando el vertiginoso desarrollo de los barrios de Laviada y El Llano hizo necesaria la dotación de colegios e institutos. Pasó de tener unos mil alumnos en los años 80 a los 198 que están matriculados en la actualidad. Es uno de los cinco colegios -junto al de Castiello, Los Campos, La Escuelona y Príncipe de Asturias- que espera la concesión de fondos europeos para su remodelación.

El curso pasado, según ha podido saber EL COMERCIO, el profesorado comunicó al Ayuntamiento la presencia de grietas en el edificio. Los técnicos municipales hicieron una revisión y, supuestamente, no apreciaron graves problemas que obligasen a ejecutar obras de emergencia. Ayer, regresaron para hacer una primera inspección junto al personal del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios. Durante unas cuatro horas evaluaron el alcance de los daños en el aula afectada y realizaron una primera inspección al centro de la instalación. Será una empresa externa la que elaborará un balance global del estado del colegio. Se trata de la misma empresa que ya realizó el estudio del colegio San Vicente de Paúl tras el desplome de parte de la techumbre. Mientras se lleva a cabo ese examen exhaustivo, los alumnos intentarán seguir con su rutina lectiva en otros colegios públicos próximos.

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