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Así lo contó EL COMERCIO.
1973. Hace 50 años.

Noel Zapico, en Gijón

El langreano, a la sazón delegado de la OIT (Organización Internacional de Trabajadores) versó sobre esta institución

Viernes, 10 de marzo 2023, 04:04

De Langreo a Madrid, y de Madrid al mundo. La trayectoria de Noel Zapico, llamado a ser uno de los protagonistas de la futura Transición ... a la democracia y, finalmente, director general con Sergio Marqués, era conocida ya hace medio siglo por su papel como delegado y, desde 1969, presidente de la representación española en la OIT. «Su acusada y reconocida personalidad en el mundo del trabajo», dijimos hace hoy 50 años, al informar sobre la charla que impartiría dentro de un ciclo de divulgación cultural organizado por la Asociación de Cabezas de Familia, «viene a cubrir un espacio dentro de este ciclo cuya presencia debe ser verdaderamente interesante».

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Explicó Zapico qué era la OIT, un organismo dependiende de la ONU, aunque anterior (se fundó en 1919). «Sus fines son ocuparse de las cuestiones sindicales o sociales y laborales del mundo del trabajo a escala universal». España, uno de los países fundadores, había dejado de participar en la OIT, por razones obvias, a partir de la Guerra Civil, y no volvió a hacerlo hasta 1956, época de la caída de Falange en el gobierno franquista y la subida al poder de los tecnócratas. Nada es baladí en la Historia. Casi dos décadas después, un asturiano era el encargado de convencernos de que a España le convenía formar parte de la OIT «por sentido de solidaridad en los problemas. Estos vienen a ser, en el fondo, iguales o parecidos, sobre todo a nivel europeo. Solo la terminología a emplear es la que nos separa».

Decía Zapico que ya por entonces, en el tardofranquismo, la presencia de España en la OIT era «muy sólida». «Dentro de este gran mundo nos encontramos con que la mayoría de las veces existe quien pretende distraernos con problemas políticos desviándonos del verdadero contenido que nos asiste, pero afortunadamente contra estos detractores tenemos la gran satisfacción de nuestra verdad, admitida y reconocida por tantos amigos que nos hacen sentirnos orgullosos de los éxitos que se vienen alcanzando». Particular visión aquella, la del sindicalismo sin política, que pudo escucharse en el Hogar del Productor de Ceares tal día como hoy, hace 50 años.

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