«Las obras del Continental son una molestia, pero necesarias»

«Hay que aguantar las obras, es la única manera de progresar», sentencia Amor Casado que vive cerca de la plaza. Esta vecina toma el café en frente de la zona que se está reformando. «Siempre es mejor estar viendo un parque bonito que una calle sin encanto». Aunque tenía entendido que las obras terminarían antes, «no hay queja siempre y cuando se cumplan los plazos de ejecución».

Como usuaria de las líneas 1, 4 y 18 de EMTUSA, que se han tenido que desviar hasta que se reabra en marzo el carril izquierdo de esta zona, Casado confiesa que «es una molestia» pero «es algo que se requiere. Además no supone un gran esfuerzo».

Si bien Luis Rodríguez y Carmen Chao, vecinos del Continental están «a favor» de la creación de los más de 800 metros de zonas verdes, les preocupa «la colocación de mesas». Temen que sirva «para que los jóvenes hagan botellones». Chao confía en que la mejora «no quede como las escaleras o los espacios verdes que hay en frente». Que si bien prometían «hacer la zona más acogedora», según ella se consiguió «lo contrario». Y celebra que «no hayan quitado todos los árboles de la plaza».

Francisco Javier Ferrero, empleado de la peluquería La Clásica pronostica que la reforma dará «más visibilidad a los negocios y se convertirá en una zona más visitada». Explica que antes «los comercios estaban muy tapados por los árboles», lo que «ensombrecía la plaza». Muy cerca de su negocio se encuentra el comercio de telas de El Taller, de Marta Cuervo. En su caso, le preocupa que el espacio sea «húmedo y oscuro». Lo que puede hacer que, a pesar de colocar bancos, «la gente no se anime a usarlos». Por lo que no acaba de «ver claro» que se amplíe el tránsito. Aún así apoya las obras. «La plaza llevaba muchos años muy fea, ya era hora». Sobre los plazos de ejecución: «Se van a cumplir. No parece que vaya a pasar lo mismo que en Pablo Iglesias, desde luego».