«Es ese periodista irreductible que representa a Gijón»

Lealtad, seriedad, rigor y gran trabajador. Esas son algunas de las cualidades de José Antonio Rodríguez Canal según aquellos que pasaron codo con codo muchas horas de redacción y de periodismo. Son los casos de los exdirectores de EL COMERCIO Juan María Gastaca, Juan Carlos Martínez Gauna e Íñigo Noriega. El primero cree que se ha perdido «una persona de bien», pero también «un periodista de raza, de convicciones personales, periodísticas y políticas muy sinceras». Resalta que quiso a Gijón «tremendamente» y que defendió a este periódico «como si fuese suyo». Servicial, buen talante, cercano y esa «memoria andante» que le caracterizaba, «ese refugio del conocimiento histórico» de hechos producidos en Gijón, Asturias o España «con una vivencia personal». Juan María Gastaca tiene claro que Canal era «ese segundo de a bordo que todo director necesita porque le transmite seguridad y tranquilidad».

Juan Carlos Martínez Gauna coincide en la opinión de que «es el referente total de lo que es la ciudad. Es ese gijonés irreductible, singular, un periodista que representa el sentir de una ciudad, de una manera de entender la vida y entender Asturias». Además de la pérdida personal que le supone el fallecimiento de Canal, asegura que «es una pérdida muy importante para lo que para mí representa Gijón». Y es que para Gauna fue «un hombre importantísimo, vital a la hora de enfrentarme al trabajo de dirigir el periódico».

El último director de Canal fue Íñigo Noriega, quien asegura que «Canal era un hombre de lealtades: a su Gijón, a La Arena, a su periódico, a su familia y a sus amigos». Resalta que «su fidelidad a EL COMERCIO a lo largo de su vida y en distintos cometidos fue proverbial. Mano derecha (e izquierda) de cuatro directores, profesó siempre a Francisco Carantoña una admiración que nunca decayó».

Mucho tiempo coincidieron Rodríguez Canal y quien fuera director general de este periódico Julio Maese, quien indica que «se acaba un poco la época del viejo periódico del siglo XX, de Carantoña y Canal». Resalta la gran colaboración que prestó a todos los directores con los que coincidió y «demostró una tremenda lealtad hacia la empresa, sus jefes y sus amigos». Lamenta Maese que su fallecimiento sea «una pérdida irreparable por su visión de las cosas, cómo veía la ciudad, cómo entendía los problemas y cómo veía el periodismo. Un periodismo recto, serio, comprometido». Y es que tiene claro que se trata de «un maestro y permanecerá porque tuvo muchos discípulos en EL COMERCIO».

El presidente del consejo de administración de este periódico, José María González, destaca que Canal era «una persona muy conocedora de la ciudad, de los entresijos políticos que se mueven. Creo que era la persona más informada de todos los temas de Gijón». Remarca que «su columna de opinión de los lunes era obligado leerla». También habla del «cariño que tenía al periódico» y de su «entrega» a este diario. «Es una pérdida importantísima para nosotros y para la ciudad».

Para el actual director general de EL COMERCIO, Ignacio Pérez, para quien el fallecimiento de Rodríguez Canal es «una gran pérdida para la profesión y, en particular, para EL COMERCIO». Asegura que fue «uno de los mayores líderes de opinión en la ciudad y una firma de referencia», al tiempo que fue pieza clave para «hacer de EL COMERCIO un periódico líder».

La periodista y escritora candasina María Teresa Álvarez comenzó su carrera en EL COMERCIO, de la mano de históricos de la profesión como Canal, Arturo Arias y Luis Bericua, entre otros. «Estudiaba periodismo y hacía prácticas en EL COMERCIO. Canal era un maestro y muy bromista», recuerda. Asegura que entonces «era muy tímida y cuando Canal me reñía por algo me moría de vergüenza. Él y Bericua se metían mucho conmigo y decían 'ahí llega la candasa'». La última vez que coincidió con él fue poco antes del covid, en Candás. «Le tenía un cariño muy grande». Álvarez defiende el periodismo de aquella época y que ahora «no existe. Han cambiado la sociedad, las empresas periodísticas y los valores. Las grandes figuras del periodismo están desapareciendo». Y es que esa forma de hacer periodismo «desaparece con figuras como Canal, claro que sí».

Graciano García, director emérito de la Fundación Princesa de Asturias, asegura que Canal defendió siempre la profesión «valientemente», y resaltó «su independencia, su ejercicio de la libertad, sin dependencias ni ataduras a intereses ajenos a ella». Su viejo compañero Orlando Sanz rememoró que «era una persona muy cordial y buena. Siempre dispuesto para trabajar».

Ceferino Vallina, presidente de la Asociación de la Prensa de Oviedo y decano del Colegio de Periodistas de Asturias, asegura que Canal «es uno de los maestros del periodismo asturiano de las últimas décadas. Se ha sido un capítulo brillante del periodismo regional». «Defensor de Gijón y ahí estaba en la asociación», apuntó.