Le pillan copiando en el examen teórico de conducir usando su Iphone, otro móvil y un pinganillo en la oficina de Gijón

A algunos alumnos se les va de las manos la picaresca. Este fue el caso de un joven de 27 años, vecino de Torrelavega (Cantabria), a quien la Guardia Civil de Asturias sorprendió utilizando un dispositivo no autorizado durante el examen teórico para la obtención del permiso de conducir en la oficina de Gijón.

Los hechos ocurrieron el pasado viernes, durante el desarrollo de los exámenes para la obtención del permiso de conducción de la clase B que se realizaron en el aula que posee la Oficina Local de Tráfico en Gijón. La actitud del joven y su lenguaje corporal puso en alerta a los efectivos del GIAT, presentes en las pruebas mencionadas, que optaron por intervenir una vez finalizada la prueba.

Tras identificar y realizar un cacheo superficial de las prendas que llevaba el joven, comprobaron que ocultaba entre sus ropas un sistema de comunicación compuesto por un teléfono móvil con tarjeta SIM activada, pinganillo inalámbrico, cable interlocutor (facilitado por la banda organizada que le cobró 2000 euros) y su propio teléfono móvil, un iPhone última generación, que actuaba de módem.

Con la utilización del dispositivo de comunicación y una adecuada puesta en escena, el aspirante a la obtención del permiso de conducción pretendía eludir el control del personal examinador y garantizar un 'apto' en la prueba.

Según la Benemérita, el denunciado adaptó su vestimenta -realizó un agujero en la camiseta- con el fin de esconder el dispositivo de comunicación y enfocar, a través de la cámara del teléfono móvil, la pantalla de ordenador en la cual se visionaban las preguntas de los test del examen.

Para la correcta obtención de las imágenes, el denunciado mantuvo durante toda la prueba una posición excesivamente rígida (lo que disparó las alarmas de los guardias civiles presentes en los exámenes).

Un cómplice (que puede trabajar en remoto desde cualquier lugar), visionó en tiempo real el test de preguntas y comunicó las respuestas correctas al aspirante, que escuchaba a través de un diminuto pinganillo colocado en el pabellón auditivo.

Al finalizar la prueba, los guardias civiles del GIAT requirieron al sospechoso, al que le intervinieron los aparatos que portaba y formularon denuncia por utilizar dispositivos de intercomunicación no autorizados reglamentariamente en las pruebas para la obtención y recuperación de permisos y otras autorizaciones administrativas para conducir, o colaborar o asistir con la utilización de dichos dispositivos.

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