Una calle pa' un paisano de Castiello
Álvarez Garaya. Un conglomerado de ciudadelas en una vía donde hubo abundantes pruebas deportivas y la nueva iglesia de San José
No creo que haya más que los contados con los dedos de una mano que sepan quién fue Eusebio Álvarez Garaya y por qué se le puso su nombre a una calle de Gijón. Se le dio además muy prematuramente a este vecino de Castiello, en marzo de 1858. Primero se le puso el nombre de calle de Garaya y el 11 de agosto se le añadió el primer apellido. Este benefactor donó al morir 120.000 reales para el Hospital de Caridad.
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Cuesta imaginarse que desde el último tercio del siglo XIX estuvo densamente poblada; tras algunas casas tapón vivían decenas de moradores hacinados en ciudadelas, como las del Patio de Ramón Pelayo, donde el edificio del BBVA; o la denominada Huerta o Patio o Chozas del naviero Melitón González llegando a Donato Argüelles, imagínense cómo serían las casas que Julio Somoza las definía como «hediondas covachas». Estas casuchas se hicieron hacia 1860 y se derribaron hacia 1920. Sabemos gracias al cronista Somoza que aquí hubo una hacienda, la de Las Figares, correspondiente a la manzana del cine Avenida. Donde está la Caja de Ahorros se conocía como La Huertona y hubo allí ciudadelas como las de Juan Álvarez Tejera (dueño de la capilla del Carmen) y Arturo Lerroux.
¿Sabían que este edificio recibió el primer premio de un concurso nacional de anteproyectos? En 1949, Juan Manuel del Busto y Miguel Díaz-Negrete se presentaron a este concurso y pudieron realizar el proyecto definitivo en 1956. Es la única torre de perfil cóncavo conocida en Gijón. Más allá de los usos bancarios: aquí se hacían recepciones a reyes magos, importantes muestras en su sala de exposiciones, como la de obra gráfica de Dalí en 1981, y también cuenta con un salón de actos para 200 espectadores donde hubo numerosas proyecciones de cine, del FICX incluso. Estos dos espacios de ocio se encuentran en el sótano rodeando la cámara acorazada. El edificio preexistente era el del hotel Salomé con el café del Carmen, que pasó a ser la Droguería Cantábrica.
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En la esquina con Donato Argüelles es donde estuvo el emblemático cine Avenida que promovió, además, una mujer, la empresaria cinematográfica Consuelo Laca, con la idea de bautizarlo primero como cine Fémina. Es decir, no promovía un cine: promovía un edificio que sería un cine en unos tiempos nada fáciles. De este proyecto se encargó Manuel del Busto en 1934 inspirándose en el racionalismo y en los medios técnicos que Luis Feduchi y Vicente Eced implantaron en el teatro Capitol (edificio Scheweppes) de Madrid.
Quiosco con visera
Otra cosa, ¿a que no sabían que en medio de la calzada, al inicio de la calle, hubo un quiosco con visera de diseño racionalista realizado por Manuel García Rodríguez? Del mismo modo que las generaciones más jóvenes no sabrán que la iglesia de San José fue la segunda que se hizo, ya que la primera estaba en el entramado de paseos arbolados de la plaza de El Humedal y fue dinamitada en la Guerra Civil. Se proyectó en 1946 con un estilo neobarroco, por parte de Enrique Rodríguez Bustelo, y terminó de construirse en 1954. Junto a esta se situó uno de los techos por excelencia de la ciudad: la torre de Bankunion. El representativo edificio art déco tardío de Álvarez-Sala (1943), donde estuvo la ferretería El Candado hasta 2019, tiene una serie de motivos vegetales, aztecas y faunísticos en los frisos que hay que ver con un buen zoom para advertir un conejo, cigüeñas, un carnero echando llamas por la boca, un lobo, etc. Pasen, miren e incluso vean. ¡Nos vemos en las calles!
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