«Los veterinarios somos los que avalamos que se respete al toro»
El León de Judá celebró unas jornadas sobre sanidad taurina en El Llano, donde se advirtió «lo difícil que es quitar un traje de luces»
Bajo la creencia de que la tauromaquia no debe limitarse tan solo a la plaza de toros, la peña El León de Judá organizó ayer unas jornadas sobre la sanidad taurina, un aspecto del mundo del toreo en ocasiones desconocido para el aficionado. La primera mesa redonda versó sobre la sanidad en la plaza y la actualidad de la medicina taurina. En ella participó José Antonio Miyar, veterinario taurino que ejerció en El Bibio. «El toro no habla, la única defensa que tiene en la plaza son los veterinarios, que salvaguardamos que al animal se le trate como dios manda y se le respete», aseveró.
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Una de las partes importantes de esta figura es el análisis post mortem en caso de que el veterinario observe algún defecto. Esto es algo que Miyar solo ha experimentado en una ocasión. «El comportamiento de los animales resultaba extraño, apenas embestían y se caían solos», rememoró. A pesar de que mandaron las vísceras a analizar y ver si se había sometido a algún tratamiento previo al animal, no se encontró nada. «La verdad que es muy complicado», apostilló. Sobre su paso por El Bibio, recordó lo acontecido en junio de 2002 cuando un novillo mató a un operario de la plaza, lo cual «da idea del peligro y rigurosidad que hay que tener en el manejo de estos animales».
Junto a Miyar participaron Roberto Veiga, cirujano del equipo sanitario El Bibio, y Javier Álvarez, cirujano jefe de El Bibio. Este último recordó la importancia de contar con un historial médico de los toreros. «Tenemos que saber si tienen alergias porque, en caso de necesitarlo, debemos poner anestesias, medicación...» e indicó que en la mayoría de los casos «no sabemos ni su grupo sanguíneo». La única excepción fue el torero José Tomás: «Cuando vino a torear su médico nos preguntó quién formaba el equipo y qué experiencia y especialidades teníamos», recuerda. Asimismo, incidió en que la única persona que dejan entrar en la enfermería en caso de que ocurra algo es al mozo de espadas porque «es muy difícil desmontar un traje de luces», señaló.
Moriyón: «Debe haber libertad»
Antes de dar comienzo a las conferencias, hubo una jornada de apertura en la que participó la alcaldesa Carmen Moriyón, quien, tras tres años de suspensión de la Feria de Begoña, la recuperó al tomar posesión del cargo. «Siempre que haya una afición y un empresario dispuesto, el Ayuntamiento tiene que colaborar. Debe haber una libertad y tenemos que defenderla», aprovechó a decir durante su intervención, y agradeció que, a pesar de la suspensión, las peñas siguieran ahí. «Nos habéis demostrado que había que seguir luchando».
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